A veces escuchamos decir aquello de que Cáceres muestra una “Ciudad Medieval perfectamente conservada”, y en realidad es el resultado lógico de la superposición de siglos de vida en un mismo espacio. Muchos de nuestros palacios, por no decir todos, han sufrido transformaciones hasta llegar hasta nuestros días. A veces estos cambios son tan profundos que nos cuesta reconocerlos en su estado anterior. Un ejemplo de un cambio no tan radical lo encontramos en el Palacio de Mayoralgo, en la mismísima Plaza de Santa María. En este caso, sin tener en cuenta la restauración para convertirla en la sede de una extinta caja, la mayor transformación la sufrió tras el bombardeo ocurrido en Cáceres en el 37. Más que una transformación podemos calificarla como de reconstrucción, porque el estado del Palacio era de ruina tras sufrir el impacto de varias bombas el 23 de julio de ese 1937. Os muestro algunas fotos anteriores a esta tragedia y su estado tras el bombardeo.
Imágenes tomadas la página Cáceres en el pasado
La mayor diferencia la encontramos en que desaparecen los balcones y éstos se transforman en simples, pero preciosas, ventanas. Pero si nos fijamos AL DETALLE, observamos la diferencia en la piedra en los pequeños escudos de la familia que encontramos bajo el alfiz. El de la derecha (incluso con restos de los efectos de la metralla) es claramente más antiguo que el de la izquierda , que fue sustituido por uno nuevo al perderse el original en el bombardeo como se puede ver en las imágenes del Palacio tras éste. Al rehacer la fachada se recreó el estado original y se conservó el blasón que sobrevivió a la destrucción.
Lo curioso es que un trozo del otro escudo, del que se creía perdido, se reutilizó como parte del material para hacer la mampostería del muro de la Calle Aldana, y por esa costumbre de no lucir las paredes y dejar la piedra vista, la pata y parte del plumaje del águila emblema de la familia, asoma para reivindicar su valor. Si miramos con detenimiento en este lateral vemos parte de este perdido escudo reivindicando su nobleza, su figura altanera, su linaje y su importancia histórica.
En las siguientes imágenes he superpuesto el fragmento en el escudo original, observándose un perfecto encaje como es lógico.
Este fragmento no solo sobrevivió a un bombardeo, sino que quiere sobrevivir al olvido asomándose para que todos podamos reconocer este pequeño Detalle que forma parte del pasado de esta ciudad.