Cada vez que voy a Casar de Cáceres por lo que muchos conocemos por tradición como su “carretera vieja”, me quedo mirando a uno de los pocos “detalles” que su desolado paisaje nos regala: una pequeña fuente encalada acompañada por una plaquita que es imposible leer desde la carretera y menos a la velocidad a la que se va en coche.
Siempre me decía a mí mismo que tenía que acercarme a verla y descubrir lo que pone en esa placa y ver la pequeña surgencia de agua con más calma, pero eso día, por unas cosas o por otras se ha ido retrasando hasta hace muy poco, cuando por fin desvié mi ruta habitual para conocer este lugar tan cercano a la carretera.
Por desgracia, un terreno que debería estar encharcado por la salida de agua, estaba solo húmedo y pude acercarme sin dificultad a la fuente construida por mampostería de pizarra y grauvaca y encalada. La construcción tiene el encanto de la sencillez y de la tosquedad, aunque por descontado, cumplía con la importante función de aliviar la sed en el cordel de personas y animales. Y por fin pude leer la inscripción que la acompaña. Ya había mirado el nombre de la fuente y sabía que se llama “Fuente de la escudilla”, nombre que me encanta porque esa palabra, escudilla, ha sido usada en mi casa toda la vida. Pero en realidad no aparecía nada de eso en la placa y en ella en realidad podemos leer: “Aquí perdió “El Patu” la fiambrera”. No pude evitar el esbozar una sonrisa con cierto arrepentimiento inmediato al imaginar, sin ningún tipo de evidencia, que podría tratarse del homenaje, con cierto toque de humor, a una persona desaparecida.
Y es ahora cuando os pido ayuda. He buscado y preguntado a gente del pueblo y nadie me sabe explicar el origen de la placa y la razón por la que la persona que la firma, un tal Pedro, se tomó tantas molestias en hacerla y colocarla. Por privado o en público me encantaría recibir noticias que aclaren todas estas dudas, mientras tanto, hoy solo os quería enseñar esta humilde fuente, Al Detalle.