Hay lugares que quieren ser rescatados del olvido; que parecen llamarte, queriendo mostrarse para que cuentes su historia, pero otros no. Otros parecen querer ocultar la vergüenza que les ha llevado a estar como están, en un intento fallido de justificar la dejadez y necedad de quienes lo abandonaron a su suerte.
Desde la carretera EX-207, en la salida desde Arroyo de la Luz, dirección Alcántara, a mano izquierda, podemos ver a lo lejos lo que en el pueblo llaman "La Columna", porque poco más queda que los restos de una portada y algunos sillares esparcidos por el suelo. Son los restos de la Ermita de la Magdalena, a la que se accede fácilmente por la calle de San Marcos que parte pasada la "Laguna Grande".
Cuando observas los restos de esta portada, entran ganas de enfadarse, de llorar y gritar, pero el desaliento es mayor que la rabia, la desesperación secan las lágrimas y la batalla es ganada por la impotencia más absoluta, al no poder entender cómo se ha consentido que esta ermita haya quedado reducida a esto. En un pensamiento que pronto se marchó de mi mente, hubiera preferido que alguien hubiera reutilizado los materiales y haber ocultado así, las vergüenzas ahora expuestas. Pero lo que es peor aún, es inevitable, también, pensar que este va a ser el destino de muchos de los monumentos que visitamos en este blog.
Poco se sabe de esta ermita, y he de reconocer que tampoco he querido investigar demasiado, no nos lo merecemos. El único documento fiable que he encontrado hace referencia a la ayuda económica que ésta prestó en 1529 para sufragar los costes de la obra de la Ermita de San Sebastián, que curiosamente sigue en pie, mientras que su benefactora cayó en la ruina y el olvido... cosas que tiene la vida.
Hoy sólo os quería mostrar estos insignificantes restos que tanto nos quieren enseñar y decir sobre nuestra propia insensibilidad e ignorancia y que, al menos a mi, me hacen sentir corresponsable del devenir de nuestro patrimonio, porque aunque no esté en nuestras manos su conservación, sí es nuestra obligación conocer, admirar y respetar estos Detalles para que no acaben como "la columna" de Arroyo de la Luz.
P.D. La generosidad de la ruina, nos permite aún disfrutar de algunas marcas de cantero en los escasos sillares que conserva.