Hay rincones que no dejan de sorprender; cercanos, comunes, pero que no dejan de regalarnos estampas de una riqueza sobrecogedora. A pocos kilómetros de Malpartida de Cáceres y de la Estación Arroyo-Malpartida, pero ya en el Término Municipal de Arroyo de la Luz, encontramos la Charca del Lancho de la que ya os hablaré otro día con detenimiento. Justo antes de llegar a ella, y para salvar un pequeño arroyo, encontramos este curioso puente que se encuentra en un estado de conservación no demasiado bueno.
Está realizado de mampostería y sus arcos y plataforma de ladrillo. Se asienta sobre la roca madre y presenta dos grandes ojos centrales y dos laterales más pequeños que hacen las veces de desagües. Los cuatro están construidos con arcos rebajados, como decía, de ladrillo. El puente tiene unos 21 metros de largo y 1 de ancho, es de planta recta y perfil en lomo de asno.
Aguas arriba encontramos un único tajamar semicircular. El petril es muy bajo y está compuesto por losas de granito al igual que el recubrimiento de la plataforma que, desafortunadamente, al encontrarse en muy mal estado, ha dejado al descubierto el ladrillo de las bóvedas.
Por su tipología y medidas podemos decir que era un puente para paso a pie, posiblemente para llevar al ganado a los lavaderos cercanos y que abundan en la zona.
Este rincón desprende calma, tranquilidad y sosiego a pesar de los incesantes ladridos de un gran mastín de una casa cercana que no se cansa de ladrar, pero no con la suficiente energía como para levantarse para acercarse a ti. Recuerdo que muy cerca encontramos el Lavadero de San Miguel o el Balneario de la Gegosa de los que ya os hablé en otras ocasiones.
Os invito a salir a conocer estos rincones cercanos pero muy desconocidos de nuestras tierras cacereñas.