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EL “MISTERIOSO” AUTOR DEL EXVOTO DE LA ERMITA DEL VAQUERO

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Hace unos días os enseñaba, Al Detalle, un exvoto que cuelga de las paredes de la Ermita del Vaquero de Cáceres, donde se cuenta la historia de un milagro realizado por la Virgen de Guadalupe al salvar la vida de un niño que fue arrollado por un carro en la Plaza de Santa María. El cuadro está fechado en 1672 y en ese momento desconocía el autor y lo consideré, desde el desconocimiento más absoluto, como anónimo. Como lo importante en la vida es rodearse de gente que sepa mucho más que uno mismo, ayer mi amigo y compañero bloguero Samuel, autor del genial blog Extremadura: caminos de cultura, me puso sobre la pista del autor del cuadro, cuando me habló de un magnífico libro publicado por la UNEX llamado Patrimonio Pictórico de Extremadura. Siglos XVII y XVIII, escrito por Dña. María Teresa Terrón Reynolds. Y como Samuel me indicaba, en él se habla de este exvoto y de su autoría.




El primer dato que me sorprendió es que esta obra pasó muchísimo tiempo en la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en la Iglesia de los Jesuitas (San Francisco Javier), pero claro, este convento e iglesia se construyeron varios años después de la fecha que aparece en el cuadro, por lo que podemos pensar en que primero estuvo en la ermita del Vaquero, u otra iglesia de la ciudad, para terminar en lo que conocemos ahora como la Preciosa Sangre, y que tras los grandes avatares sufridos por este templo, terminó en su ubicación actual, aunque no sabemos con exactitud en qué fecha.





Otro enigma resuelto, pero sólo a medias, es el de la autoría: aparece firmado por OMAZO. Pero esto nos sirve sólo para ampliar el "misterio", porque no existe otra referencia sobre este autor en ninguna parte. Mélida en su Catálogo Monumental y Artístico de Cáceres dice que podría tratarse de una obra de Juan Bautista Martínez del Mazo, por la calidad del propio cuadro y la similitud del nombre. Este gran autor, discípulo y yerno de Velázquez falleció en 1667, y el cuadro está fechado en 1672, por lo que tenemos que descartar esta teoría. ¿Cómo es posible que no se conozcan más obras de este autor? Si nos fijamos detenidamente, es un cuadro de cierta calidad, evidente en los plegados del ropaje, en los brillos de los bordados, en el uso habilidoso de la luz lateral y los claroscuros, lo que hace de esta obra un lienzo de gran sencillez, pero cuidada resolución.

Así es que estamos en presencia de una buena obra pictórica firmada, pero de autor desconocido, que añade un poco más de misterio e interés a este hermoso cuadro que os he querido mostrar, AL Detalle. 






EL ROBO DEL SIGLO EN CÁCERES

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 Así es como la prensa local de la época calificó al robo del Museo de Bellas Artes de Cáceres, que por aquellos años se situaba en la Casa del Mono. En la madrugada del 21 de mayo de 1979 tres individuos saltaron al interior del museo desde el Callejón de la Monja porque, aunque ahora nos parezca increíble, el edificio no contaba con sistemas de seguridad o vigilante, ni siquiera rejas en todas sus ventanas. En el botín varias piezas de gran valor como varios cálices de oro y planta, un Ángel de la Guarda de marfil filipino del siglo XVII, un óleo sobre cobre conocido como “La Idolatría de Salomón”, anónimo de la escuela italiana del siglo XVII,o una tabla atribuida al taller del “Divino Morales”. 












Pero sobre todas estas joyas destacaba un Jesús Salvador del mismísimo Greco.El cuadro representa media figura de Jesús visto de frente y en actitud de bendecir con la mano derecha y la izquierda apoyada sobre un globo terráqueo cristalino. La cabeza aparece ligeramente girada a la derecha y se enmarca por un halo romboidal. Viste únicamente una túnica rojiza y sobre el hombro izquierdo lleva un manto plegado. Pero… ¿cómo llega este cuadro a Cáceres? Veámoslo Al Detalle.




Este magnífico lienzo, antes de llegar a nuestra ciudad, pasó casi tres siglos en la pequeña localidad de Serradilla, en el Convento de las Angustias Recoletas donde se atesora el famoso Cristo de La Victoria. En este convento a finales del siglo XVII ingresó María de la Fuente Arratia, viuda de D. Pedro Jáuregui, secretario durante muchos años del Rey Felipe IV. Doña María al profesar en el año 1699 entregó todas sus riquezas al convento, entre ellas el cuadro de Jesús Salvador de El Greco. 


En la segunda mitad del pasado siglo, en el convento de las monjas de Serradilla las termitas estaban acabando con una buena parte su patrimonio. Llegaron varios técnicos de Bellas Artes de Madrid para evaluar los daños, y al pasar a la clausura, inmediatamente identificaron al Jesús Salvador. Con la excusa de una verdadera autentificación quisieron llevarse el cuadro con pocas intenciones de que volviera a Serradilla, pero el por entonces alcalde de Cáceres, Alfonso Díaz de Bustamante, intervino para que este cuadro recalara en nuestra ciudad y no se marchara a Madrid. Finalmente se llegó a un acuerdo entre las hermanas del convento y la Diputación, que se quedaría con el cuadro a cambio del arreglo de los retablos y otros desperfectos que sufría el edificio serradillano. Y de esta forma, este precioso Greco llega a nuestra ciudad.


Pero volvamos con el tema del robo. La mañana del 22 de mayo de 1979, cuando los empleados del museo llegaron a sus puestos de trabajo se dieron cuenta de la magnitud de lo sucedido. De inmediato las autoridades comenzaron las investigaciones barajando diversas hipótesis, la más plausible de todas era que se tratara de un encargo de algún coleccionista privado, y que lo robado en ese momento ya estuviera fuera del país. Es cierto que lo robado ya no estaba en la ciudad, pero no en Portugal como se pensaba, sino que estaba en una vieja casa de Torremocha. El golpe lo habían hecho tres jóvenes e inexpertos raterillos comunes y no ladrones de guante blanco que trabajaran por encargo. Luciano C.M. (24 años), Antonio C.B. (20 años) y Juan C.M. (21 años), desconocían que lo que habían robado estaba valorado en más de 100 millones de pesetas de la época (unos 600.000€) y lo vendieron a un perista y anticuario de Madrid llamado Juan Reyes por la ridícula cantidad de 150.000 pesetas. Éste al comprobar la dificultad de “colocar” el material, lo revende a otro anticuario de la capital llamado Antonio Heredia, por 450.000 pesetas. Heredia, con más contactos de posibles compradores,lleva todas las obras a una caja de seguridad del aeropuerto de Barajas antes de sacar el botín de España. Justo en este momento es en el que es atrapado por la policía y es recuperado el cuadro del Greco, la tabla de Morales y el resto de las obras de arte. 



En la foto podemos ver en momento de la presentación en público del material recuperado, donde, además de autoridades policiales, aparecen el Gobernador Civil, Luis García Tafalla y el Delegado de Cultura, Ángel Jiménez Ruíz (muchos de ellos fumando, algo impensable en esta época)







Finalmente, las obras de arte volvieron a la ciudad y hoy se exponen, al menos la mayoría de ellas, en la planta inferior de la Casa de los Caballos. Lo curioso no es que esta rocambolesca historia sea desconocida por la mayoría de los ciudadanos, sino que este museo también lo sea por la mayoría y que la ciudadanía no sepa que entre sus muros esperan a ser contempladas obras del Greco, de Morales, de Miró, de Picasso o Tapies. Así es que os invito a acercaros a disfrutar de este museo, Al Detalle.

DOS AÑOS DE CÁCERES AL DETALLE

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Hoy se cumplen dos años de la publicación de la primera entrada del blog, y con este ya son 280 artículos escritos en este tiempo. Lo que comenzó con una lista en la que no había más de 70 anotaciones con posibles temas, se ha convertido en una experiencia vital que me ha permitido aprender más de lo que hubiera imaginado, leer incansablemente ensayos y artículos relacionados con las temáticas del  blog, conocer a investigadores e historiadores de primer nivel que respetan mi descarado, pero respetuoso, intrusismo en sus campos de trabajo. Este blog me ha permitido participar en un libro de rutas por Extremadura editado por la Junta, me ha posibilitado entrar en lugares no fácilmente accesibles, y lo que aún está por venir y que prontos os contaré.

En este último año, en el que ha aumentado mi nivel de exigencia, rigor y documentación, he publicado un total de 93 entradas (casi dos a la semana) y he compartido con vosotros 1459 fotografías y un total de casi 74 minutos de vídeos. Este blog ha crecido y se ha convertido también en una página de Facebook y tiene su propia cuenta en Twiter, donde cada vez más amigos disfrutan y comparten los DETALLES que me apetece enseñaros. El blog ha alcanzado en este tiempo la increíble cifra de más de 125.000 visitas, algo que era impensable para mi en un principio, al tratarse de un blog de temática local dedicada a la historia y el arte.  



Sólo quería dar las gracias a los que entráis a leerme, porque este blog nació para enseñar esas otras cosas que ni los cacereños solemos conocer de nuestra ciudad y sus alrededores. Enfrento el tercer año con más ganas e ilusión que el primer día y con varios proyectos entre manos que no puedo contaros aún. MUCHAS GRACIAS¡¡¡¡ A POR EL TERCERO

SPACE INVADERS EN LA RIBERA DEL MARCO

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Space Invaders nació en 1978 por obra de Toshihiro Nishikado, un diseñador japonés de la Taito Corporation. El éxito del juego fue enorme y se transformó en un fenómeno comercial: poco tiempo después era posible comprar todo tipo de merchandising relacionado con esta creación, como libros, discos o camisetas. Además, no tardaron en salir los primeros clones. Debido a que Space Invaders, aunque parezca imposible, no estaba sujeto a copyright, varios productores de videojuegos lo clonaron sacando a la venta juegos como: Space Invaders Deluxe, Super Invaders o Fast Invaders. Space Invaders es un matamarciano clásico en dos dimensiones. El jugador controla un cañón que puede moverse a la derecha o izquierda y un botón de disparo. Tiene que ir destruyendo los extraterrestres invasores (de los cuales hay tres tipos: con forma de calamar, de cangrejo y de pulpo) que van acercándose a la tierra cada vez más rápidamente a medida que el jugador va destruyendo a los enemigos. Este ciclo se puede repetir en forma indefinida. Si los invasores llegan al cañón controlado por el jugador, el juego termina.




¿Qué tiene que ver este juego con la cacereña Ribera del Marco? Pues, aunque muchos de vosotros hayáis pasado decenas de veces por él, seguramente no os habéis fijado que, en el puente levantadoen Fuente Fría en el año 2011, está representado este juego, en un guiño a los jóvenes que lo construyeron y que aporta un toque de respetuosa frescura a este entorno. En ese 2011 se llevó a cabo un proyecto de reordenación urbana en el entorno de la Ribera del Marco junto a esta famosa fuente. Inicialmente se iban a construir dos puentes de cantería, una senda peatonal y algunas fuentes ajardinadas. Finalmente sólo se realizó uno de los puentes. Fue planteado con un solo arco escarzano, de una sección suficiente que permitiera soportar las crecidas frecuentes de este arroyo. Está rematado con dovelas graníticas blanquecinas y el paramento está realizado con ladrillo rojo. Fue un proyecto de los Ingenieros de Caminos Pedro Plasencia Lozano y Hadrián Arias Durán junto a Montse Carballeira.




El DETALLE de este puente que os quiero enseñar, es su pavimento. Fue planteado con adoquines de dos colores, con los que se hace una recreación del famoso videojuego Space Invaders. La idea fue muy bien acogida por los alumnos de la escuela taller que lo realizaron. El resultado es un discreto, pero divertido, guiño a un icono del siglo XX que descansa sobre el lecho del cauce del Marco. Una comunión perfecta entre la importancia histórica del único “río” de la ciudad y la modernidad representada en un videojuego. Una fantástica idea, que pasa bastante desapercibida y que hoy os quería enseñar AL DETALLE.













P.D. Las fotos de la construcción del puente y su plano, han sido tomadas de la siguiente Web, con el permiso expreso de su creador.
http://www.pedroplasencia.com/2011/11/puentes-en-la-ribera-del-marco-caceres/ 



MAMPOSTERÍA CIRCULAR EN LOS MUROS DE CÁCERES

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Hace poco me pasó algo curioso. En una misma mañana, en mis paseos por la parte antigua, dos personas se me acercaron para preguntarme si yo era el de Cáceres Al Detalle. Al segundo de ellos le pregunté cómo me había identificado. La respuesta fue muy curiosa: “por la forma de mirar las piedras con tanto detenimiento”. Y tenía totalmente la razón, en busca de detalles me ensimismo durante bastante tiempo mirando tramos de muros, que en la mayoría de las ocasiones no dicen nada. Pero en otras sorprenden con retazos insignificantes del pasado, que se asoman para contarnos nuestra historia con versos sueltos.


La mayor parte de los palacios de nuestra ciudad antigua están construidos a base de mampostería con sillería en las esquinas. La mampostería es la unión de piedras de tamaños y formas irregulares con un mortero, para conformar sistemas monolíticos tipo muro, que pueden resistir acciones producidas por las cargas de gravedad o las acciones de sismo o viento. El muro así ensamblado se considera un elemento monolítico, siempre y cuando las uniones de las juntas puedan garantizar la transmisión de esfuerzos entre las piezas individuales, sin fallas o deformaciones considerables. Se puede utilizar para construir hasta un máximo seis pisos con los materiales actuales. Entre otras, encontramos la Mampostería en seco, en la no se emplea ningún mortero. Hay que escoger los mampuestos uno a uno para que el conjunto tenga estabilidad. Se emplean piedras pequeñas, llamados ripios, para acuñar los mampuestos y rellenar los huecos entre éstos. También es muy común la Mampostería ordinaria que se ejecuta con un mortero de cal o cemento. Las piedras deben adaptarse unas a otras lo más posible para dejar el menor porcentaje de huecos relleno de mortero. Únicamente se admitirá que aparezca el ripio al exterior si la fábrica se va a revocar posteriormente. Este es el método más usado en nuestros muros.


Si nos fijamos, AL DETALLE, en la ciudad, podemos ver cómo entre los materiales usados en la mampostería aparecen piedras circulares. Evidentemente en la naturaleza no aparecen así, ni han sido labradas en esa forma para acabar en este tipo de construcción. Son evidentemente un reaprovechamiento de columnas o miliarios antiguos. Vemos dos casos que nos hacen pensar en restos romanos reciclados. El primero en el lienzo de muralla almohade que sobrevive en la Plaza de Pereros. Un día, en el que milagrosamente no estaba atestada de coches, pude hacer las siguientes fotos.








Las siguientes fotos son de la Plaza del Socorro, donde, en una trasformada torre como vivienda, vemos estos restos de columna junto a un sillar almohadillado. Esto unido a que la muralla romana se situaba a escasos metros, me permite remontarme a los orígenes de la Colonia para fechar estas piedras.







El último caso, al ser el resultado de una remodelación relativamente reciente, no nos permite suponer una fecha para estas columnas. Si nos situamos en el precioso jardín del Palacio de Carvajal, junto a la centenaria higuera podemos ver estas piedras circulares.








Evidentemente debe de haber muchas más en nuestras calles, así es que no me queda otra que seguir mirando, Al Detalle, los muros de nuestra ciudad antigua.

PUENTE DE SANTIAGO DE BENCÁLIZ EN ALDEA DEL CANO

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Este pequeño puente, conocido como Puente de Santiago de Bencáliz, se encuentra a unos pocos metros de la N630, al sur de Aldea del Cano. Está ubicado en el antiguo trazado de la vía XXIV del Itinerario Antonino de la Tabula Imperii Romani. Servía para salvar el cauce del ahora sediento, arroyo de Santiago. Aunque en la zona lo consideran romano, como casi siempre, no lo es. El actual puente es de factura bajo medieval, construido bajo el auspicio de los caballeros de la Orden de Santiago.





Según el historiador Enrique Cerrillo, fue reconstruido en el siglo XVIII, como atestigua el autor Felipe León Guerra en su libro Notas a las antigüedades de Extremadura de don José Viude 1854, donde apunta al 1779 como la fecha de su última restauración. En esa misma obra se extraen del cauce dos miliarios que confirman que la calzada romana pasaba justamente por ese punto. Y aunque no sea un puente romano, autores como Jesús Acero, afirman que algunos sillares de los estribos son de origen romano.












El puente es de planta recta con perfil en lomo de asno muy pronunciado. No supera los 3,5m. de ancho y está empedrado con pizarra y cuarcita, en el que abundan las pizarras mosquedas. Los petriles son de una obra del siglo XX. Presenta una sola bóveda segmental de unos 4,5m. de luz y 3,5m. de ancho. El arco está formado por una única rosca de unos 20cm. de espesor. Está construido en mampostería esquistosa, excepto en la bóveda y la parte baja de los tímpanos que se realizaron con sillares de granito. En ambos estribos presenta desagües adintelados. El puente se encuentra cimentado sobre el esquisto del lecho del arroyo.








 
En general se encuentra en muy buen estado de conservación. Cerca de él un merendero y un miliario al formar parte del actual camino de Santiago que sigue la vía de la Plata, por lo que es muy transitado por peregrinos a pie y en bici, porque, afortunadamente, no se encuentra abierto al tráfico rodado.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Puentes históricos romanos y medievales cacereños. José Manuel González Parejo

LAS DOS CARAS DE UN ESCUDO. LEYENDA EN LA CASA DEL SOL

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Hoy os voy a relatar otra de esas historias que mi abuelo me contaba en nuestros interminables paseos por la parte antigua. Sin más credibilidad que la suya y la que le daba la tradición oral. No olvidemos que detrás de toda leyenda, aunque sea en lo más profundo del relato, hay algo de verdad…o no.


 

En el número dos del Callejón de la Monja se sitúa la imponente Casa del Sol. Gótica, del siglo XV, pero con una importantísima remodelación en el XVI que le otorgó su aspecto actual. Destaca la torre en ángulo con puerta de arco de medio punto con dovelas planas y unidas. Arriba, un precioso matacán semicircular con aspilleras en forma de cruz, que descansa sobre tres ménsulas. A sus lados, dos pequeñas ventanas con arco de medio punto rebajado. Bajo el matacán una ventana cuadrangular con moldura en piedra que descansa sobre un alfiz, donde vemos, además, una gárgola zoomorfa en el lado izquierdo como elemento únicamente decorativo. Y en el centro de la fachada, el magnífico escudo de los Solís bajo un ostentoso yelmo emplumado. Se trata de un sol con cara humana con mueca burlona-carnavalesca de la que parten 16 rayos, 8 de ellos mordidos por sendos dragantes o cabezas de serpiente. La escalera interior y la fachada fueron contratadas con el cantero Pedro Gómez el 15 de febrero de 1549 ante el notario Cabrera: “El 15 de febrero de 1549, Pedro Gómez cantero concierta con Francisco Solís hacer en la casa una escalera, una puerta para la misma de muy buena cantería e muy bien labrada que sea de la mejor que ouvire en la Cafrilla, porque la dicha puerta es la vista de toda la casa y sera bien empleado lo que en ella se gastara.”




 

Ahora nos tenemos que fijar en el otro escudo de la familia que se encuentra en la bajada del Callejón de la Monja y que nos lleva a la Casa del Mono. Es más que notable la diferencia en el semblante de este rostro si lo comparamos con el de la fachada. En este caso el dolor, el enfado o la tristeza contrastan con la amabilidad del presente sobre la puerta principal. Algo que no pasó desapercibido por los cacereños que comenzaron a recrear historias y leyendas que explicaban esas diferencias. Como ya dije al comienzo, os contaré la versión de mi abuelo, que no es ni mejor ni peor que la de cualquier otro, pero que para mí es la auténtica y verdadera, por motivos más que evidentes.


En ese año de 1549, con las obras de la casa, su señor, y para ensalzar la nobleza de sus apellidos, contrata a un maestro cantero, el mejor del reino. Le manda venir desde tierras salmantinas para que esculpa el más vistoso y más bello escudo de la villa. El artista llega a Cáceres con dos de sus hijos, que además de acompañarle eran sus mejores ayudantes y aprendices. Inmediatamente las ideas le vienen a la cabeza y comienza a tallar el majestuoso escudo de los Solís, pomposo, enérgico, casi insultante. Pasaban los días y se empezaba a apreciar lo que sólo estaba en la cabeza del cantero, y crecía la emoción tanto del señor como la de los hijos del maestro, al poder contemplar la belleza de su obra. Pero todo no iba del todo bien en la estancia de los artistas salmantinos en la pequeña ciudad de Cáceres. El hijo mayor comenzó a escaparse por las noches para conocer los rincones más turbios y menos recomendables de la Villa. Maleantes, prostitutas, ladrones y jugadores eran la compañía habitual del muchacho. Por las mañanas, exhausto y preocupado, ponía decenas de excusas para justificar su cansancio delante del padre







Cuando el maestro cantero concluyó el impresionante escudo, el señor de la casa, entusiasmado con su trabajo, le mandó hacer unas reformas en la fachada lateral y le pidió que esculpiera otro escudo, aunque de menor tamaño, para ella. Éste aceptó gustoso la oferta, lo que le llevaría a permanecer unas semanas más en la Villa de Cáceres.

 

Una mañana, el primer lunes del mes, muy temprano, apareció en la casa su hijo mayor sollozando y con las manos ensangrentadas. Por unas deudas de juego había matado a un hombre esa misma noche. A esas horas de la mañana ya todas las entradas y salidas de la ciudad estarían vigiladas por las autoridades y estarían a punto de ir a buscarle donde residía con su padre y hermano. Así es que no se les ocurrió otra cosa que encerrar al hijo en el muro en el que estaban trabajando en la Casa del Sol, emparedándolo parcialmente, dejando únicamente un pequeño hueco por donde entraría el aire y le podrían suministrar, con todo el cuidado del mundo, algo de bebida y alimento hasta que pudieran sacarlo de la ciudad.


En efecto las autoridades llegaron a la casa y se llevaron preso al hermano pequeño que guardaba un gran parecido con el mayor. El infortunio y la situación por la que pasaba el cantero, le hicieron caer enfermo y le obligaron a pasar, casi sin conocimiento, varios días en cama. Cuando el menor de los hermanos fue liberado se enteró del estado de salud de su padre. Corrió a comprobar que su hermano mayor estaba bien en su ataúd de piedra, pero cuando llegóéste había muerto por falta de comida, pero sobre todo de agua. Mientras su padre se recuperaba terminó la obra tapando el pequeño hueco de ventilación que habían dejado, para así tapiar y enterrar la vergüenza y el gran error que habían cometido. Entonces acometió el tallado del escudo, al que no podía poner una cara amable o alegre. En este rostro quedaría reflejado para siempre el dolor que su padre, y él mismo, iban a soportar por haber permitido que su hermano muriera, dejando, además, una pequeña señal de duelo del lugar donde su cuerpo permanecería para siempre.El padre terminó por recuperarse, las obras finalizaron, y regresaron ambos a Salamanca con el secreto de la muerte de su hijo y hermano, pero dejando pagado el encargo a un sirviente de confianza de la casa, que depositaría bajo el escudo de la triste cara, un puñado de flores silvestres cada primer lunes de mes. 


Aún muchos afirman en la ciudadque el primer laborable de cada mes aparece una pequeña flor en el Callejón de la Monja, porque aún alguien mantiene vivo el recuerdo del hijo que el Maestro Cantero dejó morir en la Villa de Cáceres.

RECICLANDO LA HISTORIA. REUTILIZACIÓN DE MILIARIOS EN ALDEA DEL CANO Y CASA DE DON ANTONIO

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Es bien conocida la importancia que reviste la llamada “calzada de la Plata” dentro de la red viaria romana de la Península Ibérica, debido a su función como eje principal que enlaza, a través del oeste de la Meseta, las romanizadas regiones del sur con las ricas zonas del noroeste, al tiempo que sirve de punto de partida de una serie de ejes que, en sentido perpendicular, van a alcanzar las zonas orientales de la Hispania. El establecimiento del recorrido de la vía, y por tanto la localización de las millas, no presenta hoy problemas. Los miliarios documentados "in situ", o que presentan el numeral de las millas, constituyen un grupo relativamente considerable. Sin embargo, son más abundantes aquéllos que han sido removidos de su emplazamiento original, lo que se complica, además, cuando no conservan la numeración.

Es evidente lo atractivo que puede resultar una robusta pieza tallada de granito para la construcción de muros, para utilizarla como columnas... En mis paseos en bici por la Vía de la Plata, y sus pueblos, en los alrededores de Cáceres, he podido comprobar cómo estos miliarios se han reutilizado con distintas funciones. Hoy os voy a enseñar tres casos que podemos ver en las calles de los propios pueblos, sin necesidad de tener que ir a buscar una cerca o una cochiquera en mitad del campo.






Comenzamos en Casas de Don Antonio. En una calleja junto a la calle Hernán Cortes encontramos dos fragmentos de (probablemente) miliarios. Se utilizan actualmente como bancos para sentarse. Uno, el de menor tamaño, se encuentra en la zona más exterior del callejón y ha sido fijado al suelo con cemento. Si vamos más adentro, otro fragmento bastante más grande, también fijado al suelo y a la pared. Estuve preguntando a la persona que vive en la casa, pero lleva allí relativamente poco tiempo y no supo darme muchas indicaciones. Lo curioso es que en el estudio más completo y reciente sobre los miliarios de la Vía de la Plata estos no se mencionan, además no existen referencias, como en otros sitios, de piezas desaparecidas. Así es que esto me hace dudar de si pudieran ser simplemente restos de alguna columna, aunque las medidas de ambos coinciden con las habituales de los miliarios. En la parte visible ninguno de ellos parece tener inscripción alguna, que sería lo único que podría sacarnos de dudas.





Si continuamos hacia Aldea del Cano y entramos en el recinto de la Ermita de la Virgen de los Remedios (de cuya reforma es mejor no hablar), vemos como se ha utilizado otro supuesto miliario. Lo curioso es que sobre él, según fuentes muy fiables del pueblo, colocaron la pila de agua bendita que se eliminó en la "restauración", o más bien destrozo, que se hizo hace algunos años. Unieron ambas piezas con un buen taco de cemento y actualmente sirve para que, cuando hay agua, beban los pajarillos en ella. Me dicen en el pueblo que el miliario estaba antes de la restauración y que era más grande. Cuando se añadió el nuevo enlosado se hizo superponiéndolo al anterior y hundiendo aún más el monolito de granito, así es que bajo el suelo que pisamos hay una importante porción de mismo, por lo que no podemos saber si aparece algún tipo de inscripción en esta zona.

Este supuesto miliario podría corresponder con alguno de los que se recogen en la bibliografía y que han desaparecido. Existe una mención antigua de un miliario, sin letras, situado junto a la calzada, actualmente desaparecido (GIL II, p. 621 (de Víu, 1, 77, y Velázquez); ROLDÁN, Iter, p. 50, n0 17 y p. 186) La localización que da Velázquez puede corresponder a la de alguno de los miliarios documentados en la zona, pero la descripción no permite identificarlo con seguridad con ninguno de ellos. En todo caso, debía de  situarse en torno a la milla XXX.


Hay otra mención antigua de un miliario que, desde la propia calzada, fue llevado a Aldea del Cano con anterioridad a ser recogido por primera vez en las fuentes de su bibliografía. Nada se conoce con exactitud sobre este miliario ni sobre su texto, excepto la “reconstrucción ideal” del mismo llevada a cabo por el Marqués de Monsalud con la única base de la publicación de Húbner que se limitó a transmitir su existencia diciendo que se trataba de columna una nomine Traiani cos. II inscripta. De ser cierta la supuesta lectura del epígrafe, este miliario habría que datarlo entre los años 98 y 100, periodo que corresponde al segundo consulado de Trajano. Su localización debe situarse en tomo a la milla XXX y, como el anterior, cabría en principio su identificación con alguna de las piezas de la zona aunque los datos existentes no permiten afirmarlo con exactitud.

También hay noticia del hallazgo de un miliario, que debía corresponder a la milla XXXI y que, al parecer, no tenía inscripción visible. (ÁLVAREZ ROJAS, Hont. Cánovas, p. 113; GONZÁLEZ CORDERO, ME 27, 1990,p. 17.)




Así es que no sabemos si esta pieza situada en la ermita de la patrona corresponde con alguno de estos miliarios descritos, pero desaparecidos, o no. Incluso también podría ser el resto de alguna pila o columna de la propia ermita, aunque me aseguran en el pueblo que estaba ahí desde antes de la restauración.

Sólo os quería enseñar estos DETALLES que aparecen junto a la Calzada Romana y que nos hablan de la historia reutilizada en el presente. 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
 Los Miliarios de la Vía de la Plata. Carmen Puerta Torres. 


CÁCERES, CÁMARA… Y ACCIÓN. CÁCERES EN EL CINE. PARTE I

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En estos días han suscitado mucha expectación los rodajes en Cáceres de La Catedral del Mar y la serie americana Still Star Crossed, y más aún, el inminente desembarco en nuestra tierra del equipo de Juego de Tronos. Por eso me planteé revisar la relación de nuestra ciudad con el cine, para saber si en realidad han sido muchas, o no, las veces que Cáceres ha servido como plantó. En un principio voy a dejar de lado las series para centrarme en los largometrajes. Y ya puedo adelantar que parece mentira, pero no se han rodado tantas películas aquí como cabría esperar. Quizá en nuestra mente pudieran parecer más por el revuelo que se monta en esta ciudad poco acostumbrada a esos jaleos que nos sacan por unos días de la cotidianidad.


Antes de continuar debo agradecer a mi compañero bloguero y amigo Samuel, autor del fantástico blog Extremadura:caminos de cultura, que me empujara a tratar finalmente el tema y por la ayuda en la selección de imágenes, vídeos y título de estas entradas. Muchas gracias Samuel.


Comencemos a repasar estas películas, como no podía ser de otra forma, por el principio y en orden cronológico.


EL AGUA EN EL SUELO. 1934


Aunque muchos no lo saben, Cáceres fue el escenario de uno de los primeros largometrajes sonoros rodados en España. En mucha de la bibliografía se afirma que fue el primero, pero esto hay que matizarlo, porque en realidad no es del todo cierto. A finales de los años 20 y comienzos de los 30 se produjo la verdadera transición entre el cine mudo y el sonoro. Los estudios en España no estaban realmente adaptados tecnológicamente a esta revolución, así que las productoras encaran este reto de cuatro formas distintas:


Se producen películas por parte de empresas españolas en estudios alemanes, franceses o ingleses, como ocurrió con: El profesor de mi mujer de Robert Florey (1930); La bodega (1929), El embrujo de Sevilla (1930) de Benito Perojo; Cinópolis (1931) de F. Elías y J.M. Castellví



Otras productoras optan por la sonorización en estudios extranjeros de películas rodadas mudas en España, como La aldea maldita (1930), Tiene su corazoncito (1930) de Florián Rey; Prim (1930), Isabel de Solís (1931) de José Buchs; Yo quiero que me lleven a Hollywood (1931) de Edgar Neville; Fermín Galán (1931) de Fernando Roldán. 


Una forma que no dio muy buenos resultados fue la sonorización después, mediante discos, en estudios españoles, de películas rodadas mudas. Ejemplos: Fútbol, amor y toros (1929) de Florián Rey y La alegría que pasa (1930) de Sabino A. Micón.


Por último, se realizaron por parte de productoras extranjeras, películas en español. Destaca la creación de secciones de español en los estudios de Hollywood y la creación de la Paramount de un estudio en Joinville, cerca de París. Ejemplos: Mamá (1930) y Un hombre de suerte (1930) de B. Perojo; Lo mejor es reír (1931), Su noche de bodas(1931) y Melodía de arrabal (1933) de Florián Rey.


En 1932 Francisco Elías, tras su fracaso con El misterio de la Puerta del Sol (1929), convence al productor francés Camille Lemoine para rodar una película sonora en España. Para ello se llevan todo el material técnico necesario desde Francia. Se instalan en uno de los pabellones de la Exposición Universal de 1929 en Barcelona y llaman al estudio Orphea.


Todas las películas españolas de 1932 y la mayor parte de 1933 se ruedan en Orphea. Entre ellas se encuentran: Carceleras(1932) de José Buchs, El último día de Pompeyo (1932) de Elías (corto), Una morena y una rubia (1933) de Buchs, Boliche (1933) de Elías, Rataplán (1935) de Elías, Susana tiene un secreto (1933) de Benito Perojo,¡Se ha fugado un preso!(1933) de Perojo, El hombre que se reía del amor (1933) de Perojo, El café de la Marina (1933) de Domènec Pruna y Sierra de Ronda (1933) de Florián Rey.


La celebración del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía de 1928 impulsa la creación de un estudio sonoro en 1931, aunque no se empezará a rodar hasta 1933: Cinematografía Española Americana (CEA). Los estudios se sitúan en la Ciudad Lineal de Madrid. Será presidente de honor Jacinto Benavente y participarán otros escritores españoles. La producción ejecutiva estaba a cargo de Eusebio Fdez. Ardavín. Sus primeras películas fueron: El agua en el suelo (1934) de Eusebio Fdez. Ardavín, La traviesa molinera (1934) de Harry D’Abbadie d’Arrast, La bien pagada (1934) de Eusebio Fdez. Ardavín, Crisis mundial (1934) de Benito Perojo, La Dolorosa (1934) de Jean Grémillon, Una semana de felicidad (1934) de Nossik o Doña Francisquita (1934) de Hans Behrend.

Así es que vemos que El Agua en el Suelo no fue la primera película sonora rodada en España, pero sí la primera con una productora y material originalmente concebidos para trabajar en el país, ya que algunos consideran que las películas de los estudios Orphea, con la participación francesa, no pueden considerarse 100% españolas. Una vez aclarada esta confusión mil veces repetidas en la bibliografía hablemos de la película.





Es un guion original de Eusebio Fernández Ardavín, aunque el argumento fue expresamente escrito para el cine por los hermanos Álvarez Quintero. La película se rodó entre el 1933 y 1934 y se estrenó en el Cine Callao de Madrid el 16 de abril del 34. En la imagen adjunta de la hemeroteca del ABC pueden leer la crónica que en este diario se hizo del estreno.



Los exteriores los rodaron en Comillas y en Cáceres. Y en las escenas de nuestra ciudad tenemos que llamar la atención sobre varios DETALLES muy interesantes:





Podemos ver el palacio de Mayoralgo antes del bombardeo que sufrió Cáceres el 23 de julio de 1937, y con el que éste quedó prácticamente destruido. Observamos perfectamente cómo los balcones fueron sustituidos por ventanas, aunque el resto se reconstruyó fielmente al original. Vemos de fondo la Casa de los Moraga totalmente encalada, pero con la fachada exactamente como la encontramos ahora, en contraposición a lo que se afirma en algunos libros y webs que sostienen que es fruto de una remodelación reciente.




Hay una escena en la que dos hombres se despiden junto a un coche. Justo en el momento que uno de ellos se monta en él y se marcha, podemos ver el estado de la zona del Puente de San Francisco ante de los atentados que éste ha sufrido reiteradamente.




La casa de Hernando de Ovando aparece con el escudo esgrafiado en bastante buen estado, no como se encuentra ahora, que está prácticamente desdibujado, y observamos, además, que las hornacinas que flanquean el escudo tallado de la casa ya estaban vacías por aquellos años.




Aparecen otras preciosas estampas de nuestra ciudad: vistas panorámicas, La Casa del Sol o El Arco de la Estrella.



Parece mentira que una de las primeras películas sonoras rodadas en España lo hiciera en nuestra ciudad, y peor aún, que casi nadie en Cáceres lo sepa. Por eso os lo he querido contar, AL DETALLE

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Arte y política en el cine de la República. José María Caparrós Lera
El cine en la República. Carlos Valmaseda

CÁCERES, CÁMARA Y ACCIÓN. PARTE II. ALAIN DELON Y J.L. BUÑUEL EN CÁCERES.

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Continúo con este pequeño monográfico sobre los largometrajes rodados en la ciudad de Cáceres y/o sus alrededores. Esta entrada se centrará en dos películas: El Tulipán Negro (1964) con Alain Delon, y Leonor (1975) dirigida por Juan Luis Buñuel y protagonizada, entre otros, por Ornella Muti.


EL TULIPÁN NEGRO

 

Ligeramente basada en la obra de Dumas, la película se sitúa en la Francia previa a la Revolución, un desconocido enmascarado apodado “el tulipán negro” (una suerte de Zorro francés) ataca y saquea a la nobleza para ayudar a los más desfavorecidos aparentemente. El jefe de policía de Rosellón está convencido de que el sujeto es el conde Guillaume de Saint Preux y le tiende una emboscada donde consigue herirle en una mejilla. Pero, al reunirse toda la nobleza en una fiesta, el supuesto culpable aparece intacto, mientras la clase alta sigue siendo desvalijada de sus pertenencias. ¿Se ha equivocado el jefe de policía o realmente es Guillaume de Saint Preux “el tulipán negro”? En ese caso, ¿cómo se ha librado de la marca en su rostro?

Aunque de forma somera y algo pueril en ocasiones, la película refleja el ambiente y la atmósfera que se cocía y respiraba durante los días previos al estallido de la Revolución Francesa en 1789. Como es sabido, un cúmulo de circunstancias hicieron que la situación en Francia resultase insostenible: una monarquía al borde del desplome más absoluto, la necesidad de ruptura con el Antiguo Régimen, una grave crisis financiera cuya única solución exigía la eliminación de privilegios de la nobleza y del clero, y por supuesto el descontento generalizado de las clases populares hambrientas (lo que se conocía como el Tercer Estado) que exigían un cambio desde la raíz. Era pues lógico que la tensión acumulada explotase tarde o temprano, desembocando en la creación de una Asamblea Nacional Constituyente, así como en el posterior y auténtico estallido de la revuelta cuando la Bastilla de París fue tomada…


“El tulipán negro” es una película bien recreada y simpática, que no provoca ningún quebradero de cabeza al espectador; tan solo hay que limitarse a seguir su ameno desarrollo. Está protagonizada por Alain Delon, un icono del cine europeo reconocido por ser (aunque esto es subjetivo, es cierto que siempre ha sido considerado así) una de las estrellas masculinas más atractivas que ha aparecido en pantalla. A pesar de su participación en films de la talla de “El gatopardo” o “La piscina”, él manifestó en una ocasión públicamente que su angelical belleza jugaba en su contra a la hora de que los directores le considerasen apto para interpretar otro tipo de roles alejados de esa imagen de guapito de cara. No obstante, lo curioso del reparto es que cuenta con la presencia de dos actores españoles (ya que se trata de una singular coproducción entre España, Italia y Francia respectivamente): son Adolfo Marsillach y Laura Valenzuela, quien por cierto aparece en los títulos de crédito como alguien destacada en la cinta y después solo cuenta con unas tres apariciones.



En resumidas cuentas, me resulta interesante porque como dije antes plantea los precedentes de la Revolución de una forma correcta a la par que jocosa, es decir, aborda profundamente los aspectos sociales y políticos del suceso (escuchad atentamente sus diálogos, cargados de acertadas e ingeniosas reflexiones), y a su vez los intercala con duelos de espadas y escenas más propias de la comedia tradicional (algunos personajes son exageradamente ridículos, como el jefe de policía). Es un ejemplo muy recomendable que demuestra que el género histórico puede conjugarse con el cómico sin ningún problema.


Algunas de sus escenas fueron rodadas en la ciudad antigua de Cáceres. Vamos a ver algunas de esas escenas, Al Detalle, para analizar algunos aspectos interesantes de ellas.


El Tulipán Negrovive en nuestro Palacio Episcopal, muy lejos, supuestamente, de la Plaza de Santa María donde se desarrollan otras de las escenas…cosas del cine.


Vemos como Alain Delon llega a caballo a la Plaza de Santa María, donde la protagonista se va a casar con otro. Si nos fijamos en la Puerta de la Concatedral vemos cómo la imagen de la Virgen esculpida por Pepe de Arganda (de la que ya os hablé) aún no está, ya que fue colocada en su sitio unos pocos años después. 


Aunque nos parezca mentira, la famosa escultura de Pérez Comendador de San Pedro de Alcántara en esta ocasión no fue ocultada como ocurrirá en la mayoría de los rodajes. Y si nos fijamos al fondo, lo que ahora en el edificio de Diputación aún conserva la fachada original, antes de ser sustituida con “retales” del demolido Seminario de Galarza.




La Casa de los Golfines de Abajo conserva el lucido imitando a cantería tan característico, hasta no hace demasiado.



Vemos el Palacio de Mayoralgo con un aspecto similar al actual. Remodelado tras el bombardeo del 37, ya no tiene balcones, sino ventanas en la segunda planta.




En la cara este de la torre de Santa María aún vemos la pequeña espadaña que poco después fue eliminada.



La casa de los Moraga ya no está encalada como se veía en El Agua en el Suelo de la que os hablé en la entrada anterior, sino que aparece con un lucido con esgrafiado imitando a cantería como en los Golfines.





En la carrera de huida de Adolfo Marsillach, se entremezclan algunas escenas rodadas en Trujillo, pero podemos ver bien la Cuesta de la Compañía, la Casa de Sande y de lado, la Casa del Sol.












LEONOR



Richard es un ocioso señor feudal en la Edad Media que vive en un castillo. Su joven esposa Leonor se encuentra sumamente grave tras sufrir un accidente cayéndose del caballo. Las atenciones del médico llegan demasiado tarde, y Leonor fallece sin remedio. En represalia, Richard mata con su espada al caballo, considerándolo responsable de la tragedia. Es sepultada en una pétrea cripta en lo alto de una colina. A causa de la muerte de la mujer que amaba, Richard queda devastado, no se resigna a haberla perdido para siempre. Pero trata de ahogar sus penas casándose el mismo día de los funerales con otra mujer, la bellísima Catherine. Pese a haber contraído matrimonio con una chica mucho más hermosa (y joven) que su difunta primera esposa, el aristócrata sigue destrozado. Richard trata de ahogar sus penas dedicándose a la bebida, a realizar piruetas con enormes espadas, o haciendo competiciones de pulsos con sus amigotes de la corte. Los años van pasando y Catherine le da dos hijos al ya maduro noble, cuyas melancolías, lejos de curarse con el tiempo, se van haciendo cada vez más dolorosas.

Paralelamente, la peste negra, que ya se ha cobrado numerosas vidas en otras comarcas, amenaza con extenderse también a los dominios de Richard. Pero esto es lo que a él menos le preocupa; pues no puede olvidar a Leonor, la única mujer que ha amado. El gran pesar por su ausencia crece sin cesar. Un día decide profanar la cripta donde yace su primera esposa, tirando abajo los tabiques, para poder así pasar el tiempo al pie de su tumba. Trata incluso de quitar la pesada losa de piedra bajo la cual se halla el cadáver, pero no lo logra. Mientras tanto Catherine, preocupada por su trastornado marido, llega hasta allí acompañada de una doncella y llama varias veces a Richard, pero éste la ignora.

Más tarde, ya fuera de la tumba, Richard se encuentra con un extraño anacoreta cuando sumido en sus cavilaciones pasea en los alrededores de la cripta. El mefistofélico personaje surgido de la nada sugiere tener la capacidad de hacer que Leonor vuelva a la vida, si bien añade que “a los muertos es mejor dejarlos descansar”. Richard, desesperado por poder volver a tener a su amada junto a sí, ruega al misterioso hombre que le ayude. El noble retorna a la tumba de Leonor, y allí también se encuentra inexplicablemente el enigmático individuo. Éste vuelve a advertir que “a los muertos es mejor dejarlos descansar”, pero ante la insistencia de Richard, le es concedido su deseo: Leonor regresa del más allá y emerge de su tumba. Se siente fría y no recuerda nada, como si hubiera estado en coma todo ese tiempo. Han pasado diez años desde que murió…


Richard vuelve al castillo. Allí le espera la atribulada Catherine, cuyo padre acaba de morir a causa de la peste negra. La mortal epidemia se acerca cada vez más. A Richard eso no le interesa en absoluto, y le dice a su esposa, madre de sus hijos, que se marche de sus dominios. Ante la estupefacción de Catherine, su marido la apuñala asesinándola, y se deshace del cuerpo tirándolo a un pozo. Tras esto trae a Leonor y comunica a sus súbditos que a partir de ahora ella será su señora. Los que conocían a Leonor de antes, como el fraile Thomas, se quedan atónitos. Richard descuida la educación de sus hijos, y la delega en sus subordinados. Parece no querer ya trato alguno con ellos, pues todo lo que desea es estar junto a la resurrecta Leonor. Pero ésta ha cambiado…


No sólo la peste amenaza a la comarca. También comienzan a desaparecer niños de los pueblos aledaños. Los cadáveres de los pequeños son después hallados desangrados, y pronto se extiende como la pólvora el rumor de que una criatura vampírica merodea por las noches en ese territorio. Leonor ha regresado junto a Richard, tal y como deseaba éste, pero ya no es como era antes… Ha vuelto como muerta viviente, como vampiresa que necesita sangre humana para poder subsistir, llevando una existencia de cadáver andante.


Ésta gótica historia ambientada en el Medioevo retrata el muy romántico. “amor más allá de la muerte”, y conjuga el drama personal del protagonista Richard (quien ha descendido a un abismo de enajenación) con las leyendas populares de vampiros. Cuenta con un reparto internacional: el veterano actor francés Michel Piccoli (“La grande bouffe” – Marco Ferreri, 1973) en el papel del atormentado aristócrata, la noruega Liv Ullman como Leonor, nuestro Antonio Ferrandis (el entrañable Chanquete de “Verano Azul”) dando vida al fraile Thomas, y la hermosísima italiana Ornella Muti como Catherine.


El director Juan Luis Buñuel (nacido en 1934 en Francia, donde realizó toda su carrera cinematográfica) es el hijo del máximo exponente en la gran pantalla del movimiento surrealista. Y destacaremos que la Banda Sonora es del gran Ennio Morricone.


El Castillo en el que se desarrolla la película es el de las Arguijuelas de Arriba. Éste aparece durante toda la película, tanto en sus exteriores como en algunos interiores.









 

El lugar donde se entierra a Leonor, al menos la parte exterior, es el Castillo de Zamarrillas, situado en el despoblado del mismo nombre entre Valdesalor y Torreorgaz. Los interiores de ese castillo ya no pertenecen a él. 





Pronto os enseñaré otras películas rodadas en Cáceres, Al Detalle.

CÁCERES, CÁMARA... Y ACCIÓN. PARTE TRES. VICENTE ESCRIVÁ Y CARMEN SEVILLA EN CÁCERES

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Seguimos repasando las películas rodadas en Cáceres. En estas dos vemos el importante cambio que sufre, no sólo el cine, sino la sociedad española en poco más de 20 años, gracias a la apertura y transformaciones tan importantes en esas dos décadas.

LA LOZANA ANDALUZA

 

Lozana (Maria Rosaria Omaggio), una española oriunda de Andalucía, llega a Roma, una ciudad que se ha convertido, aparte de cabeza de la cristiandad, en un mundo de bullicio y de cierto libertinaje, con casas de citas que abundan en la ciudad y de las que los cardenales y clérigos en general, no son precisamente los clientes menos importantes. Napolitana (Diana Lorys) y su sobrino Rampin (Enzo Cerusico), se encargan de acoger a Lozana y explotar su belleza para convertirla en la cortesana de más éxito en Roma. El negocio marcha viento en popa, hasta que aparece el noble toledano don Sancho Villafáñez (Carlos Ballesteros), que se enamora de Lozana y pretende que le siga en su viaje de regreso a España.

La película, dirigida por Vicente Escrivá, adapta de manera libre la obra del Vicario del Valle de Cabezuela, padre Francisco Delicado y, como indican los títulos de crédito, toma algunas ideas de textos del bachiller Fernando de Rojas, Salas Barbadillo y el Arcipreste de Talavera. En realidad el libro de Francisco Delicado, nos habla de la vida de la vida de Lozana, desde su infancia, en la que atendía al nombre de Aldonza, hasta su retiro en 1527, el año en que Roma fue saqueada brutalmente por las tropas del Emperador Carlos V. El guión de la película se centra en esta parte que trascurre en Roma, sin citar nada de la vida de Lozana en España.

Vemos que en la Plaza de Santa María se añaden  en postproducción elementos, en la zona superior de los edificios, que ayudan a convertir a Cáceres en una supuesta Roma.


Este rincón frente al Palacio Episcopal luce con todo su esplendor. También se ve la puerta del Palacio de Carvajal y la Casa de Ovando.

  



Como suele ser normal, la escultura de San Pedro de Alcántara se tapó para este rodaje.


Rampín le enseña a Lozana la ciudad, que recordemos se supone que es Roma. Pasan por el arco de la Estrella y bajan por la Cuesta de Aldana. Ese supuestamente es el barrio donde se concentran las prostitutas de la ciudad. En la ventana de la Casa de Mono una meretriz saca un pequeño tapiz, lo que sirve de señal para anunciar su disponibilidad. Continúan la visita por el Callejón de la Monja.






La protagonista termina viviendo en la Casa de Lorenzo de Ulloa (junto al actual hotel Atrio) a donde llega un incesante goteo de carruajes de importantes clientes de la chica.





 
Lo curioso es que cuando suben las escaleras para acceder a los aposentos de Lozana, las escaleras corresponden a la de La Casa del Mono, y se puede observar el famoso MONO esculpido en ella.



Sancho, el toledano que se enamora de Lozana, vive con su mujer en el Palacio de los Golfines de Abajo.



Uno de los clientes de la chica tiene ensoñaciones con su enamorada. Pasa por el adarve, a la altura de la Generala y desde ahí lanza flores a su amada, que por cosas del cine, se sitúa en la ventana de la Casa del Águila o de Sande, junto a la Casa del Sol.



Rampín, enloquecido por los celos, se emborracha una noche y es detenido por las autoridades. La salida de la supuesta cárcel se rodó en el lateral de la Iglesia de Santiago, en la puerta del Peregrino.



Estamos ante una película que se basó el momentáneo éxito que tuvo el mostrar las bellezas corporales de la protagonista, en una época en la que España se estaba liberando de las ataduras de la dictadura y en que gracias a esta y otras películas por el estilo, algunos españoles pudieron ahorrarse el viaje a Perpignan.Quizá lo más destacable sea la música de Antón García Abril, el resto prescincible.


LA FIERECILLA DOMADA

Don Beltrán es un mujeriego feliz y rico que hace sus negocios en la España del siglo de oro. En uno de sus viajes conoce a Catalina, una mujer de temperamento que se enfrenta con él. La hermana de Catalina sólo puede casarse después de ésta, y no ve llegar el día, porque Catalina hace salir corriendo a todos los pretendientes, que, generalmente acaban en el pozo del patio. La hermana ofrece dinero a Beltrán para que se case con ella, y Beltrán acepta el reto, pero no el dinero. Después de hacerse sendas jugarretas (ella lo encierra en un calabozo, y él, después de escaparse, aparece en la boda lleno de harapos y rodeado de toda la mendigalla de la ciudad) los dos pronuncian el sí quiero. Él con desprecio, ella por terquedad, por no darle el gusto de decir no.

Parten para casa del marido y en el camino Beltrán sigue tratando de apaciguar la rebeldía de su esposa. Le niega la comida, y cuando ella se va por su lado él la deja meterse en líos. Ella entra en un mesón, y varios rufianes la acosan, el marido no acude hasta que ella pide auxilio. Una vez en casa de don Beltrán, este sigue intentando doblegarla. No le deja probar el asado por no ser digno de ella, ni la almohada, contándole la historia de su familia. Cuando parece que ella cede él le anuncia que va a devolverla a su padre, en una escena que parece el final de "Lo que el viento se llevó". Ella se queja, si hubiera recibido suficiente amor, no se hubiera rebelado. En el camino él la pone a prueba sin cesar, la obliga a darle la razón, a fiarse de su marido, y no de sus ojos.


La fierecilla, Carmen Sevilla, vive en el Palacio de Mayoralgo, alrededor del cual se desarrollan muchas de las escenas de la película. En la primera, ésta llega a caballo, al galope, por el arco de la estrella hasta a la Plaza de Santa María.






Beltrán poco después llega a la Plaza de Santa María, pero que por cosas del cine, como está tomada desde otro ángulo, se encuentra a cierta distancia de la casa de la "fierecilla". Vemos la antigua fachada del edificio de Diputación.


 
En esta ocasión San Pedro de Alcántara luce en todo su esplendor y no fue tapado para el rodaje.



 
 Alberto Closas tiene acaloradas discusiones con Carmen Sevilla mientras esta se asoma a la ventana de su casa, el Palacio de Mayoralgo.


Esta película es tan ingenua como correcta. Tan simple como entretenida. Una interesante cinta para pasar una tarde de sábado a lo Cine de Barrio.

 

CÁCERES, CÁMARA... Y ACCIÓN. PARTE CUATRO. LAS GRANDES SUPERPRODUCCIONES

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A mediados de los años ochenta llega a Cáceres la primera gran súperproducción rodada entre sus muros: Los Señores del Acero. Siete años después, el gran Ridley Scott desembarca con un reparto de lujo a rodar parte de 1492: la conquista del paraíso. Son, hasta hoy, los más relevantes largometrajes rodados en Cáceres. Vamos a verlos, Al Detalle.

LOS SEÑORES DEL ACERO


 

El sexo es un elemento crucial de la filmografía de Paul Verhoeven, bien de forma explícita, como en Instinto básico  (una de sus obras más exitosas), Showgirls  (una de sus obras más denostadas) o Elle (recientemente alabada en el festival de Cannes). Los señores del acero dibuja un Renacimiento extremado por las señales iluminadas y por las apetencias de la víscera, en el que la misión ominosa de Martín (Rugter Hauer), mercenario que sobrevive en el caos, y la utopía alcanzada mediante el pecado en la que embarca a su pelotón de desheredados, colisiona frontalmente con el candor de la princesa Agnes (Jennifer Jason Leigh).

La doncella representa aquí un contrapunto conflictivo en el que su inocencia es tan solo un disfraz que oculta un elemento perturbador de mucho mayor calibre: el deseo sexual, una tentación tangible por la que pueden arder compañeros, santos, ciudades, ideales y sueños. Verhoeven, a su gusto, recompone un periodo de brutalidad, miseria y enfermedad, en el que conviven degradadas visiones religiosas con un sentido muy físico de la puesta en escena y de la violencia que contiene el relato. En coherencia con las premisas argumentales del libreto, el cineasta no se detiene en contenciones, puesto que, esta agresividad se extiende especialmente a partir del conflicto con el sexo y se formula, por ejemplo, en violaciones que son batallas grupales y duelos personales.

Esta combinación, estimulada además por un rodaje especialmente tenso –de hecho, propiciaría la ruptura artística entre Verhoeven y Hauer, mantiene la aventura-venganza de Martín y los suyos apegada a la tierra, al barro corrompido por la suciedad y las plagas. Y barniza todo de una mueca grotesca, que se ríe como se reía, irónica y victoriosa, incontestable en la consciencia de su triunfo, la calavera que centraba la atención en las danzas de la muerte que poblaban el imaginario europeo en tiempos de la peste negra.

Cáceres es el escenario elegido para la primera gran batalla de la cinta. La parte alta de la ciudad es el marco donde se desarrola la gran traición que sustentará el resto del argumento de la película. Vemos escenas en la zona del Arco de Santa Ana, un lugar poco frencuentado hasta ese momento en el cine.






Los alrededores de la Casa del Sol, una veterana en esto de los rodajes, se usan frecuentemente. La calle Orellana es usada al derecho y al revés, y siempre termina junto al Palacio del Sol al que se le han añadido una falsa pared, en su conexión con la cuesta de la Compañía, y una reja en su paso al Callejón de la Monja, para convertir este rincón en una zona sin salida.



Los nobles al mando de los mercenarios se atrincheran en la Torre de Sande, despoblada en ese momento de la impresionante yedra que la tapiza actualmente.







La Plaza de San Mateo se convierte en el lugar de celebración de la victoria en la batalla, pero fundamentalmente, por el gran botín obtenido.






La nobleza cambia de opinión y decide arrebatarle a los ganadores de la batalla todo lo saqueado. Para ello los encierran frente a la Casa del Sol y les amenazan con unos imponentes cañones para que no se opongan al cambio de planes.
















No les queda más remedio que rendirese y terminan marchándose a refugiarse a unas ruinas. Estas ruinas no son otras que las del Convento de San Antonio de Padua de Garrovillas de Alconétar.











1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO




El aventurero Cristóbal Colón (Gerard Depardieu), persuadido de haber descubierto una nueva ruta hacia las Indias, intenta encontrar ayuda para realizar su viaje. Por desgracia, sus detractores retrasan el proyecto, que finalmente llega a oídos de la reina Isabel de Castilla (Sigourney Weaver). Con el apoyo de la soberana, Colón podrá hacerse a la mar y cruzar el océano. La audacia del proyecto tendrá como recompensa el descubrimiento de un Nuevo Mundo.

La película de Scott es un ambicioso proyecto hispano–franco–británico, impulsado durante la conmemoración del Quinto Centenario. El planteamiento del descubrimiento lo estructura Scott como si fuese la llegada a un Nuevo Mundo, efectivamente, pero entendido casi en sentido interplanetario. Es decir, que la mirada que se lanza sobre él es exactamente la misma que podría volcarse sobre el descubrimiento de Marte o Venus, en tanto en cuanto un terrestre posase su planta sobre él. Es más, cuando Colón salta desde la barcaza de desembarco a la playa de San Salvador, la forma en que lo hace es muy similar, como ya han señalado quienes se han ocupado del tema, a como lo hizo el primer astronauta que se posó sobre la Luna, según lo ofreció en su tiempo la televisión a los espectadores en directo. Son los mejores momentos de la película aquellos en los que, a los ojos de los descubridores, todo se les va presentado como inesperado: plantas, animales, la propia atmósfera que envuelve el lugar, y todo ello a pesar de que el paisaje resulte más o menos familiar o semejante a otros del Viejo Mundo. El descubrimiento se plantea como un enfrentamiento entre dos mundos: uno con su realidad de siglos a cuestas, el otro con todas sus potencialidades y posibilidades todavía vírgenes e inexploradas. Al final, como veremos, los dos mundos serán bastante semejantes.

El Colón de Scott es alguien mucho más poliédrico. En la película llega a utilizar la espada, en defensa propia eso sí, pero no es en modo alguno un condottiero al modo de los clásicos florentinos o venecianos. Es más bien un hombre de ciencia, muy apasionado por goniómetros y astrolabios. La interpretación de Depardieu, en un papel que asume con efectividad, trata de dar una imagen relativamente cercana a la del hidalgo manchego: se enfrenta a todo en pos de una idea que, en buena medida, escapa a su propio control (Ridley Scott, Royal Books, Barcelona, 1996).

Cáceres cobra protagonismo en los primeros minutos de la película. Colón llega a la Quinta de la Enjarada donde le esperan Fernando Rey y Juan Diego Boto.









No sólo el exterior de esta casa fue protagonista, sino el interior de una de las cuadras a las que se llenó de frescos y que sirvió de escenario perfecto para buena parte de las escenas del interior de la primera parte de la cinta.








Quizá uno de los momento más emocionantes es el de las ejecuciones que se llevan a cabo en la Plaza de San Jorgeque luce, sin el santo, en todo su esplendor.









Las discusiones sobre la posibilidad de alzanzar Las Indias con una ruta hacia el oeste se rodaron en el interior de la Concatedral de Santa María.





Aparece en la película otra de esas preciosas casas situadas en la frontera sur de la ciudad: El Trasquilón. 






Cuando acabamos de despedir el rodaje de La Catedral del Mar, está acabando la versión americana de Romeo y Julieta, y esperamos ansiosos al equipo de Juego de Tronos, os he querido enseñar el rodaje de estas dos grandes superproducciones en nuestra ciudad, Al Detalle.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
https://elcriticoabulico.wordpress.com/2016/07/11/los-senores-del-acero/
http://www.thecult.es/Critica-de-cine/1492-la-conquista-del-paraiso-ridley-scott-1992.html


¿Y TÚ DE QUIÉN ERES? UNA LÁPIDA ROMANA EN UN LAVADERO DE LANAS

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Hace unos días estuve en un pueblo cercano, del que ya os hablaré, y que hasta ahora no había visitado nunca. En una de sus plazas, frente a un precioso palacio semiabandonado, me llamó inmediatamente la atención lo que parecía una estela romana. En cuanto llegué a casa entré en Hispania Epigráfica para localizarla, y no la encontré. El azar hizo que en esa búsqueda me topara con la descripción de una lápida sepulcral en el lavadero de lanas de San Miguel, en Arroyo de la Luz, junto a la Estación Arroyo-Malpartida, y que ya os enseñé hace tiempo. En la descripción señalaba que la piedra estaba en LA ZONA de la fachada.



En cuanto tuve algo de tiempo me subí a la bici y me fui a buscarla. Por cosas de la emoción y de no apuntar la literalidad de la cita, me puse a buscar EN la fachada… y claro, no aparecía. Ésta se encuentra lucida prácticamente en toda su superficie, así es que pensé que estaría oculta porque, además, en la web no aparece ninguna imagen de ella. Empezaba a perder casi todas las esperanzas...







Cansado por el insistente sol de este octubre, me senté en una zona escalonada, a modo de porche, a tomar la merienda y un poco de agua, no me di cuenta de que estaba apoyado sobre ella. Al levantarme, y por las sombras que hacía la luz a esas horas, reparé en las letras y me acordé de la descripción de la web que decía "la ZONA" de la fachada, y no en la fachada. La había tenido delante todo el tiempo, pero esa es la diferencia entre mirar y ver.



La estela, partida y colocada exenta en posición vertical, se encuentra casi tapada por unos juncos churreros (Scirpus holoschoenus), que me indican la presencia de agua subterránea en ese punto. Mientras hacía las fotos aparece un trabajador de la zona que me mira de forma desconfiada. Charlamos brevemente y relaja el tono y me atrevo a preguntarle por la estela, de la que no sabía nada, como yo me temía. Me hice el remolón un rato para marcar las letras con tiza, pero aquel señor no tenía intención de dejarme por allí solo, así es que opté por marcharme dejando atrás a aquél epitafio sin revelar parte de su secreto.




Analizando las fotos sí que se ven algunas letras enmarcadas en un rectángulo rebajado, y debajo de él un símbolo que no logro identificar y que me parece tan interesante o más que lo que queda de inscripción. Según me alejaba del lavadero crecían más mis ganas de volver a él e intentar revelar parte del secreto que este trozo de granito guarda.



En la web dan dos posibles interpretaciones de su inscripción, que no se parecen casi nada la una a la otra, así es que no tardaré en volver, tiza en mano, para aclarar algo el tema.


INTERPRETACIÓN I


Helvius / [S?]urus Quin/[ti f(ilius)- - -] / - - - - - -



INTERPRETACIÓN II


Quir(ina tribus)?


La verdad es que no tengo excesivos elementos que me hagan decantarme por una u otra, pero por lo poco publicado que hay sobre ella me inclinaré (además de por sus dimensiones, forma y características), por la teoría que dice que es un epitafio a Surus.



Seguramente no será una pieza digna de un museo, ni será una joya ni el descubrimiento del año, pero creo que tiene el valor suficiente para que la recordemos Al Detalle.

UN TERREMOTO, EL DÍA DE LOS SANTOS Y UNA INSCRIPCIÓN EN PIEDRA

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El terremoto del sábado 1 de noviembre de 1755, día de Todos los Santos, ocurrido a la hora de la misa mayor causó un enorme impacto en su época ya que produjo varios miles de víctimas en Portugal, España y norte de Africa y daños económicos muy elevados. Fue sentido en la totalidad de la península Ibérica así como en algunos lugares del resto de Europa occidental, como la zona sur de Francia o del norte de Italia y se percibió levemente en Hamburgo, aunque en muchas otras zonas del continente, e incluso de América, se observaron fenómenos asociados como la alteración de las aguas en calma. También se registraron sus efectos en alguna de las islas del Atlántico como Cabo Verde, Azores, Madeira y Canarias. Este importante suceso, de ocurrencia no habitual en Europa, dio lugar a numerosos escritos y publicaciones de muy distinto tipo como cartas, poemas, sermones, o también de carácter filosófico y científico entre cuyos autores podemos citar a pensadores contemporáneos como Ortiz Gallardo de Villarroel o Feijoo.

Los geólogos estiman hoy que la magnitud del terremoto de Lisboa sería de aproximadamente un 9 en la escala de Richter, con su epicentro en un lugar desconocido en algún punto del océano Atlántico a menos de 300 km de Lisboa. El seísmo fue seguido por un maremoto y un incendio que causaron la destrucción casi total de Lisboa. El terremoto acentuó las tensiones políticas en Portugal e interrumpió abruptamente las ambiciones coloniales de este país durante el siglo XVIII. Al ser el primer terremoto cuyos efectos sobre un área grande fueron estudiados científicamente, señaló el nacimiento de la sismología moderna. Además, el acontecimiento fue discutido extensamente por los filósofos ilustrados europeos, inspirando grandes debates especialmente en el campo de la teodicea.

En España, el rey Fernando VI, ante la magnitud del fenómeno y por haberlo vivido en primera persona, una semana más tarde del triste suceso ordenó al gobernador del Supremo Consejo de Castilla la preparación de un informe sobre el terremoto. Para realizar tan magna encuesta se elaboró un cuestionario de ocho preguntas dirigido a las personas de "mayor razón" de las capitales y pueblos de cierta importancia, para que contestaran lo más rápido posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en el reino.

En dicho estudio se incluyeron las siguientes respuestas llegadas de nuestra ciudad de Cáceres, donde también se sintió el seismo:

Carta particular, fidedigna, su fecha en Cáceres a 1 de noviembre de 1755:
 
«Aquí llegaba a las 10 y 5 minutos de la mañana, en el día de todos Santos, y empezamos a sentir un gran temblor de tierra, cuya grande fuerza duró 3 minutos, uno su principio, y otro su fin. Ha ocasionado el movimiento impetuoso de los más fuertes edificios, algunas aberturas o hiendas de pared, tal cual pequeña ruina en los endebles, y ningún daño en las personas, gracias a Dios. A las dos horas repitió otro pequeño movimiento que duró un minuto».

Sin firma; sin destinatario. Con este texto se abre la documentación de Cáceres en el Consejo Supremo de Castilla.



Cáceres, 15 noviembre 1755. El Corregidor.
  
Ilustrísimo Señor:
Doy cuenta a V. S. I. cómo me he restituido a esta villa, donde quedo continuando ejerciendo este Corregimiento, deseando satisfacer las obligaciones que le comprehenden con cuantas órdenes merezca del agrado de V. S. I. Aunque del temblor de tierra experimentado en nuestra villa y Partido el día primero de este mes no ha sobrevenidoespecial ruina ni desgracia, he dispuesto general registro de todas las casas y edificios que están reconociendo los Maestros alarifes, para que en aquello que adviertan quebrantamiento que pueda suceder ruina se apliquen sin división los reparos correspondientes. Que es cuanto tengo que participar a V. S., deseando ejercitarme en observancia de sus preceptos, y que Nuestro Señor guarde a V. S. I. muchos años.

Cáceres, y noviembre 15 de 1755. Ilustrísimo Señor:
Besa la mano de V. S. I. su más obligado servidor,
Don Juan Francisco de Lariz Olaeta


Cáceres, 22 de noviembre de 1755. El Corregidor.
 
Ilustrísimo Señor:
Quedo observando y en observar la Real Orden de S.M., que V.S.I. me comunica, con fecha de 8 de este mes, para que se averigüen los efectos del temblor de tierra experimentado en esta villa el día primero de el mismo, a las diez y puede sobrevenir, a cuyo fin se está continuando el reconocimiento de casas y edificios por los Maestros alarifes, como participé a V. S. I. con fecha de 15 del corriente. Lo que hasta ahora he podido averiguar, por deposición de personas de verdad, aunque del campo, que lo vieron es que la mañana del citado día primero de este mes, entre tres y cuatro de ella, vieron en el cielo hacia la parte de Levante un rasgo luminoso parecido a un cohete, o corpulenta exhalación de que se formó una encendida estrella, que en todo el tiempo de su duración, que consideran fue más de un cuarto de hora, estuvo sacudiendo unos rayos ardientes con figura de culebras, así como las que despide tempestuosa nube, otros aseguran que la corpulenta exhalación llegaba a la tierra declinando desde su altura en resplandor piramidal, y otros afirman que su aspecto era como el de una culebra de poderoso tamaño que se desapareció entre un pabellón de espeso humo. Luego, aquella mañana, a la hora de diez y cuarto, se experimentó en todo este pueblo, y país, el terremoto ya expresado, y se advirtieron extraordinarios efectos en los minerales de agua, pues en la fuente llamada del Rey, que riega todos los plantíos y hortalizas de la ribera de esta villa, en la distancia de una legua, y da uso a varios molinos y otras oficinas, tomó nuevo incremento en bastante abundancia que subsiste todavía. Y en otras fuentes se reconoció igual aumento , reconociéndose en alguna haberse enturbiado el agua. Que es cuanto hasta ahora he podido averiguar para ponerlo en noticia de V. S. I., como lo ejecutaré en lo demás que ocurra, pidiendo a Dios guarde a V. S. I. los muchos años que deseo.

Cazeres [= Cáceres], noviembre 22 de 1755.
Ilustrísimo Señor: Besa la mano de V. S. I. su más rendido y obligado servidor.
Don Juan Francisco de Lariz Olaeta


Cazeres, 13 de diciembre de 1755. El Corregidor.
 
Ilustrísimo Señor:
Pongo en noticia de V. S. I. cómo el jueves que se contaron 11 del corriente, un poco antes de las 5 de la madrugada, se volvió a sentir en esta villa el temblor de tierra, que despertó a los más de los que estaban en la fuerza de su sueño, asegurando por punto general que, aunque la duración de dicho temblor sólo fue como de dos minutos, los movimientos se advirtieron más violentos que los de el del día 1º de noviembre de este año. No ha sobrevenido desgracia alguna; sólo haberse aumentado el desconsuelo y sobresalto de estos habitadores, por cuyos motivos se están continuando las rogativas públicas. Nuestro Señor guarde a V. S. I. los muchos años que deseo.

Cazeres [= Cáceres], y diciembre 13 de 1755.
Ilustrísimo Señor: Besa la mano de V. S. I. su más obligado servidor,
Don Juan Francisco de Lariz Olaeta

En Cáceres ciudad no se registraron fallecidos, aunque en pueblos cercanos la desgracia llegó a más, muriendo una persona en Arroyo de la Luz por, como dice en los informes, "pánico", o las 21 personas que perdieron la vida por el derrumbe parcial de la Catedral de Coria. Aquí en Cáceres, que todo pasa un poco, pero no demasiado, como para no hacernos notar, sólo algunos edificios se vieron deteriorados. Uno de ellos, el que nos trata hoy fue la torre de la Iglesia de Santiago, que sufrió graves despefectos. El Obispo García Álvaro mandó consolidar la estructura con ese refuerzo escalonado que ahora nos llama tanto la atención y mandó grabar dicha remodelación con una inscripción en piedra.





UNA MINA DE ESTAÑO A TIRO DE PIEDRA

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Si nos situamos al oeste de la ciudad, geológicamente nos adentramos en el gran batolito Cabeza de Araya. Sobre él vamos a visitar hoy la zona de los arenales, considerada en la bibliografía como el “manchón granítico Cáceres-Malpartida”, donde abundanlos granitos de grano grueso y leucogranitos. Éstos siempre presentan dos micas, predominando la moscovita frente a la biotita. En el manchón la mina abandonada de estaño que os voy a enseñar hoy, se sitúa en la fascie de los arenales que puede verse desde la carretera de Malpartida, por el kilómetro 5.







El suelo es completamente arenoso, y en esas arenas aparecía el mineral de interés en la zona: la casiterita (óxido de estaño). El estaño forma parte de aleaciones como el bronce y el latón en las que baja el punto de fusión incluso hasta los 200 grados, lo que lo hace un material económicamente muy rentable. Además, se utiliza en la industria como parte de las soldaduras o para la fabricación de pigmentos cerámicos.



  

Esta mina comenzó a explotarse a mediados de los años 70. Os adjunto un BOE del año 73 donde se concede el permiso de investigación minera de la zona a dos empresas: Santa Bárbara y Virgen de la Montaña, aunque no delimitan bien el terreno exacto para el que se concedían dichos permisos. No demasiado tiempo después, y por falta de rentabilidad, la mina se abandonó en un ejemplo claro de cómo no deben hacerse las cosas. La teoría nos dice que, tras la explotación de cualquier tipo de recurso, la empresa concesionaria debe desarrollar un programa de recuperación de la zona a distintos niveles. Aquí, como podéis observar, el estado en el que quedó la zona es lamentable. De todas formas, es interesante conocer el lugar y aunque de casiterita no queda nada, sí se pueden encontrar interesantes cuarzos blancos.












ESTELA DE TANCINUS EN LA TORRE DE LOS MOGOLLONES

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Hace unas semanas os enseñaba, AL DETALLE, una inscripción romana que se situaba en el Lavadero de Lanas de San Miguel, junto a la estación Arroyo-Malpartida. En aquella ocasión, como alguna otra vez, se puso en contacto conmigo un profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, responsable de la página Hispania Epigraphica para pedirme permiso para usar mis fotos en su web. Además me habló de otras incripciones de las que sólo existen antiguos apuntes bibliográficos,  pero de los que no dispone de ninguna imagen para comprobar que aún están donde se indicaba en la reseña, y para, además, poder corroborar el contenido epigráfico. Así es que el profesor me realizó una serie de encagos que he empezado a cumplir.








Me habló de una estela dedicada a Tancinus que según la bibliografía estaba en la Torre de los Mogollones, junto a mi querida ermita de San Jorge. Pues allá que me fui pensando que era casi imposible que hasta ahora no la hubiera visto, suponiendo que estaría muy oculta o que se habría perdido. Pues nada de eso, junto a la puerta, a la izquierda, bajo una ventana descansa esta lápida realizada con un granito rojizo de grano fino que destaca de forma notable del granito gris pálido del resto de la construcción. Aquí os la enseño con la interpretación clásica de la inscripción, a la espera de que sea corroborada, o no, por los investigadores de la Universidad de Alcalá que me pidieron las fotos.

 [------?] / [---] V [--- / --- Ta]ncini / [------ / ---] + C P / [------ / --- Ta]ncini / [---] S ARE+ / [---]vi + et / [---]veria / [---]ala++ / [------]. 


A escasos cinco metros de ella, pude encontrar lo que parecen los restos de una columna granítica o restos de un miliario, tirado en una cuadra rodeada de lo que ya os podéis imaginar. También hay una pila que recuerda mucho a una tumba antropomorfa. Además en la entrada se distinguen dos grandes losas de piedra que bien parecen dos grandes ortostatos que podrían pertenecer a alguno de los dólmenes cercanos.






El paseo por la zona fue agradable: la preciosa y abandonada ermita, el verdor y la luz del otoño, un pozo y unas vacas que me miraban con desconfianza... ¿qué más se puede pedir?








http://eda-bea.es/pub/record_card_1.php?rec=27585

REDESCUBRIENDO LOS BARRUECOS. EL MOLINO DE FRASCO DÍEZ

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Con bastante acierto, entre los ciclistas se dice aquello de "todos los caminos llevan a los Barruecos", porque en realidad, una gran parte de las vías pecuarias que usamos los aficionados la bici llegaban a esta preciosa zona de Malpartida de Cáceres y a sus lavaderos de lanas. Ya os he enseñado el Lavadero de San Miguel, y todos conocemos el ubicado en el actual museo Vostell. Además de estos edificios, las formaciones geológicas, los petroglifos, pinturas rupestres, tumbas tardorromanas o su cientos de cigüeñas, este rincón nos guarda sorpresas que tienen que ver con su pasado más reciente y la arquitectura vernácula. 








Parece metira que a estas alturas siga descubriendo rincones de los Barruecos que hasta ahora habían permanecido ocultos para mi. En esta ocasión os voy a mostrar una pequeña charca y un molino llamado"Molino de Frasco Díez", que se ubica entre el Barrueco de arriba y el de abajo, junto a los caminos más transitados, pero que por los caprichos de la topografía queda oculto tras un pequeño cerro y tras unos imponentes árboles, haciéndose así de rogar a la mirada curiosa de todos los que paseamos o rodamos por allí. 




El molino fue recostruído y/o ampliado en 1902, como puede leerse en la entrada, y se distingue perfectamente esta nueva construcción por la diferencia de materiales que presenta. Lo más actual el ladrillo y el resto en mapostería. Se encuentra  en buen estado y cerrado para evitar destrozos o accidentes. En las inmediaciones restos de edificios que ya apenas asoman entre las zarzas y un sistema de canalización de agua que se limita en la actualidad a conducir el sobrante de la charca en épocas de lluvia. Ésta, algo sedienta aún, nos refleja el cielo y la belleza de este rincón de los Barruecos. La calma, el ruido del viento entre los chopos y el recuerdo de un pasado de trabajo duro, nos acompañan en este pequeño paseo que hoy os invito a hacer.




LA AVENIDA DE ALEMANIA: EL SINIESTRO ORIGEN DE UN NOMBRE

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Os voy a contar, AL DETALLE, el origen del nombre de una de las principales calles de la ciudad: la avenida de Alemania, que comenzó a llamarse de esta manera a partir de un acuerdo alcanzado por el consistorio cacereño el 1 de marzo de 1939. Para comprender por qué se tomó esta decisión nos tenemos que trasladar hasta el 5 de septiembre de 1936 con la llegada de un avión alemán al aeródromo de Cáceres. Pero vayamos poco a poco…


Seguramente, aunque nunca lo podremos saber, la victoria del Bando Nacional en la Guerra Civil Española no hubiera sido posible sin la estrecha colaboración e intervención de los gobiernos fascistas europeos de la época: Alemania e Italia. En un principio Portugal se declaró neutral, aunque también apoyó a los militares sublevados, lo que convirtió a Extremadura en un enclave estratégico en esta terrible contienda. Por aquí no sólo hubo gran trasiego de tropas, armas… sino que se establecieron campamentos y bases de soldados alemanes, en el caso que nos ocupa hoy, la Legión Cóndor se instaló en los Castillos de las Arguijuelas, a escasos kilómetros de Cáceres.



Y como decía antes, todo comenzó con la llegada de un avión alemán al aeródromo de Cáceres el 5 de septiembre de 1936, en el que viajan el teniente nazi Walter Warlimont y el general italiano Mario Roatta para entrevistarse con Franco que tenía establecido su cuartel general en el Palacio de los Golfines de Arriba.  El encuentro se produjo al día siguiente y se acuerda el envío de tropas de los fascistas alemanes e italianos para apoyar al fascismo español.


El 23 de septiembre es enviado a España Wilhem Josef Ritter von Thoma con su grupo acorazado y un cargamento consistente en 41 carros de combate Pankerkampfwagen, 20 cañones anticarro Pak 35/36 de 37 mm, 8 cañones de 20 mm, 10 camiones todoterreno (Kübelwagen) Büssing NAG-80, para remolcar plataformas portacarros. 45 camiones de carga (entre ellos 14 portacarros Vomag DL-48). 19 plataformas portacarros con ejes bajos Sd. Ah. 115. 18 motocicletas BMW R-12, 11 automóviles ligeros, 6 camiones taller y municiones para los tanques, todo tipo de armas ligeras con su correspondiente munición, así como diversos accesorios y piezas de repuesto para todos estos vehículos.


Este material es enviado por barco en un primer lugar y posteriormente cargado en trenes que irán de Sevilla hasta la ya casi abandonada estación de tren de Aldea del Cano, donde recalarán el 9 de octubre del 1936 para trasladarse definitivamente a los Castillos de las Arguijuelas. Éstos fueron cedidos para uso del Bando Nacional por el Vizconde de Roda. Labase cumplirá una doble función: depósito de armas yescuela de adiestramiento de soldados de infantería, quedando al mando de von Thoma. 


Ese mismo 9 de octubre ocurrió un brutal accidente. Dos de estos recién llegados alemanes se estrellan contra un muro a gran velocidad en las inmediaciones del Paseo de Cánovas. A consecuencia del fatal choque murió el brigada Peter Kempe, de 24 años, mientras que su compañero Paul-Wilhelm Schneider, también brigada y de su misma edad, resultó gravemente herido, por lo que fue trasladado inmediatamente a Alemania para que se recupera se de sus lesiones, aunque finalmente falleció a consecuencia de ellas el 26 de enero de 1937. En el lugar de la colisión se colocó un monolito con una placa, en la que se recordaba el nombre de los dos fallecidos y aparecía el emblema de la unidad de tanques alemana: una calavera sobre un tanque, orlada de hojas de roble. Años después, también se decidió por este motivo darle el nombre de Avenida de Alemania al lugar donde había tenido lugar el desgraciado accidente, y que no era sino la prolongación de la carretera de Mérida, por donde los dos instructores alemanes seguramente venían o se dirigían hacia los castillos de las Arguijuelas. Con el ensanche de la Avenida, el monolito fue trasladado junto al monumento a Millán Astray frente al hospital de la Montaña. Una mañana en los años de la transición, la lápida amaneció destrozada, quitaron los restos y desde entonces se perdió el recuerdo a estos dos soldados.



De la misma forma, otra avenida cercana, que también parte de la llamada plaza de la Cruz de los Caídos (en alusión al monumento allí erigido desde 1938, en memoria de las víctimas del bando franquista), recibió el nombre de Avenida de Portugal, país que, como he comentado, también prestó una inestimable ayuda a los militares rebeldes españoles. Para completar el homenaje a los países aliados, el lugar conocido como Peña Redonda fue también rebautizado como la Plaza de Italia.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
LA BASE ALEMANA DE CARROS DE COMBATE EN LAS ARGUIJUELAS, CÁCERES (1936-1937). Antonio Rodríguez González
Articulo PLAZA MAYOR en el diario Hoy de Serafín Martín Nieto. 8 de mayo de 2016

BUJÍO EN EL CAMINO DE ALTAGRACIA

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Es tristemente curioso como en una de las regiones con la arquitectura vernácula más interesante y abundante, miremos hacia otro lado y dejemos en el más profundo olvido y abandono, los restos de nuestro pasado. Siento una rabiosa envidia cuando viajo al norte, y observo cómo los hórreos se han convertido en un símbolo regional, en una marca de identidad de los pueblos, y cómo su recuperación y conservación es casi una obligación moral para los habitantes de aquellas zonas rurales, como un recordatorio de quiénes son, y, sobre todo, una forma de saber quiénes quieren ser. 


Nosotros, por el contrario, cabizbajos, nos avergonzamos de nuestro pasado (y presente) rural, abandonando chozos, zahúrdas, colocando somieres como puertas en las fincas, o llenando de bañeras los campos a modo de pilas. El día que descubramos que tenemos que estar orgullosos de nosotros mismos, y que tenemos que cuidar el paisaje rural en todos sus aspectos, comenzaremos a crecer. Hasta entonces estaremos como estamos.

 

En uno de mis paseos en bici por el camino de Altagracia, entre Garrovillas y el Casar, pude ver a lo lejos un enorme bujío en ruinas, rodeado de una decadente cerca de piedra. Como es normal en mí, no me pude resistir y desvié mi ruta para poder verlo. Un famoso historiador amigo mío (también en las redes sociales), comparte comúnmente fotos del interior de palacios, nobles estancias, reales dependencias y regios aposentos… y me ocurre lo mismo que cuando visito este tipo de monumento en persona: admiro la belleza que contienen, pero no me emocionan, no me remueven nada por dentro.


Por el contrario, cuando visito alguna de estas ruinas, se me eriza el vello, me sonríen los ojos, se me entrecorta la respiración y el tiempo se detiene, y en muchas ocasiones, incluso retrocede. Entre la arquitectura popular y yo existe un lazo invisible, pero patente, que nos une y que me ayuda a recordar quién soy, dónde vivo, de dónde vengo y me ayuda a amar la verdadera esencia de esta tierra.





Este bujío se encuentra en el término municipal de Garrovillas, en la finca Cuarto de la chimenea. Está construido completamente en piedra seca, con su característica falsa cúpula, aunque es mucho más grande de lo habitual en zonas más cercanas a la ciudad. Posee, además, dos estancias diferenciadas en el interior, hornacinas, repisas para colocar utensilios y aperos. El cercado de piedra servía para contener el ganado, que presumiblemente fuese ovino. Al entrar arrastrándome por un pequeño hueco entre las piedras, hice un viaje en el tiempo y a través de las emociones. Comencé a imaginar la vida de quienes allí pasaron parte de su vida, y me pregunto si no se mereces, y no nos merecemos, hacerle un homenaje a su esfuerzo, a su sacrificio, en definitiva, a sus vidas, conservando estos retazos de nuestra propia historia.









 

DE CUANDO LA VIRGEN SE APARECÍA EN CÁCERES

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Que Cáceres ya no es lo que era, es algo irrefutable. Por tener, hasta se nos aparecía la Virgen todas las tardes. Nos tenemos que remontar al año 1947, cuando Aldea Moret fue testigo de las manifestaciones de Nuestra Señora a una niña de siete años llamada Mercedes Trejo Medina, hija de una lavandera viuda que cuidaba de ella y de sus otros tres hijos. Una tarde en la que la pequeña iba a espigar, junto a unas ruinas cercanas al poblado minero, dice haber visto la “aparición” de una mujer con un niño. El suceso se repitió cada día, y como es normal, la familia y los vecinos, comenzaron a inquietarse. Para entender mejor lo que pasó debemos recordar que en estos años la religión estaba muy presente en el día a día de la población, y que la aparición de Fátima alcanzó una popularidad enorme, también en nuestro Cáceres.


Con este caldo de cultivo, no es de extrañar que a un vecino se le ocurriera mostrarle a la pequeña una serie de “estampitas” con diferentes imágenes marianas. Inmediatamente la niña identifica (no sabemos bien por qué) a la señora que se le aparece, con la Virgen del Pilar. Para el entorno de la pequeña, que no era especialmente religioso, ya no había duda, al igual que en Fátima, la Virgen se nos estaba apareciendo en Cáceres.


La noticia no tardó en propagarse por la ciudad y sus alrededores, fruto de un momento delicado de nuestra historia ávido de buenas noticias, esperanza y sosiego. No debemos olvidar, además, que durante la II Guerra Mundial, católicos y comunistas se prepararon para asumir el control político de la postguerra en el continente. La iglesia se sirvió de las apariciones de Fátima como un símbolo anticomunista, que provocó en gran parte de Europa, una gran recurrencia imitativa de apariciones marianas protagonizadas por niñas. En España, como yo creo que pasó en este caso, las apariciones las protagonizaban hijos de algunos que en su momento se alinearon con el bando republicano, y que ahora querían “lavar su imagen” mostrándose como “cristianos viejos”.


Según las entrevistas que he podido hacer a personas que vivieron el fenómeno, éste sufrió un pequeño cambio que hace que sea confusa la información que se maneja en la poca bibliografía que hay del tema. Parece ser que la primera aparición se produjo junto al Pozo Esmeralda, pero que los encuentros inmediatamente se trasladaron a la zona del Malacate, que en realidad estaba más a mano de la casa de la niña. Así como os decía, dos veces al día, la pequeña caminaba hacia este malacate, se arrodillaba, rezaba y se marchaba. Según aumentaba la fama del suceso, la liturgia se fue adornando, y la niña ya iba de rodillas, y junto a los rezos aparecían llantos y algún que otro desvanecimiento, pero de bailes del sol, olor a rosas… nada de nada. La gente empieza a acudir para acompañar a Mercedes en su camino y en sus plegarias, pero verse, seguía sin verse nada. Un día la niña le pide un milagro a la Virgen para confirmar lo que ella está viviendo, y que la gente empieza a cuestionar. La Virgen le dice que en nueve días tendrá el milagro que le reclama. Concretamente el gran día sería el 6 de mayo de 1947.



Como es de imaginar, en esos nueve días la noticia recorrió toda la ciudad y sus alrededores, y ese día de comienzos de mayo llegan en coche, a pie o en tren, miles de personas a la zona del poblado minero. El apeadero de Aldea Moret recibe centenares de viajeros venidos en el ferrocarril y que no quieren perderse el milagro. El diario ABC del día siguiente informa de lo que allí aconteció y afirma que más de 30.000 personas llegaron a Cáceres para contemplar el prodigio que Nuestra Señora tenía previsto realizar. 



A duras penas la niña puede avanzar de rodillas hasta el lugar del encuentro, pero finalmente llega y comienza a rezar, a llorar, parece que se desvanece, pero continúa con sus plegarias, pero pasar no pasaba nada… Transcurrido un tiempo prudencial, la niña se encamina de nuevo a su casa entre la decepcionada multitud que se marcha con una terrible sensación de estafa. Poco a poco la niña deja de ir al encuentro de la Virgen y el tema termina olvidándose, hasta el punto de que esta historia es desconocida por la mayor parte de los cacereños, y por eso hoy he querido contárosla, AL DETALLE.


P.D. Acompaño los archivos de la hemeroteca de diario ABC y del Pirineo Aragonés, en los que aparece la noticia, y a continuación, transcribo lo publicado por el Diario Alcázar el 6 de mayo de 1947 sobre esta aparición.




PRESUNTA APARICION DE LA VIRGEN A UNA NIÑA EN CACERES: MERCEDES TREJONO FRECUENTA LA IGLESIA Y ES HIJA DE UNA LAVANDERA


Cáceres 6. —-Con las reservas naturales transcribimos la siguiente información. Desde hace unos días Cáceres y sus aledaños se ven desbordados por miles y miles de personas que se dirigen a la aldea de Moret, donde en cierto lugar se dice que la Virgen se aparece a una niña. Al cabo de unos días es imposible calcular cuántos son los miles de personas que van a diario a la barriada minera de Moret para asistir al momento en que la niña dice entrevistarse con Nuestra Señora. La niña se llama Mercedes Trejo Medina, de siete años de edad. No frecuenta mucho la iglesia; es hija de una viuda lavandera llamada Teresa Medina; tiene tres hermanos y no han podido influir en su ánimo, pues no es propicio el tema religioso en el hogar. La niña es fuerte, está desarrollada, no tiene síntomas de perturbación mental. Niña humildísima, desde que esto ocurre aparenta una serenidad extraña.



Un día, hace poco, la niña iba a espigar al campo; junto a los muros de un edificio derruido se paró de repente. Dijo que había visto a una señora con un niño. Le mostraron fotografías, y parece ser que es la Virgen del Pilar. Desde aquel día la madre quiso ocultarlo. La niña no sosegaba. Cundió la noticia. Y desde entonces la niña va dos veces al día al sitio de la presunta aparición. La niña es llevada a horas determinadas. Hace el recorrido de rodillas y habla con la Virgen, como si efectivamente Nuestra Señora estuviera presente realmente. La niña hace peticiones; parece que se cae. Mientras tanto la multitud llora y reza. La niña ha pedido a la Virgen que haga un milagro. Dice que Nuestra Señora le ha prometido hacerlo a los nueve días. ¿Señales externas? Hasta ahora, ninguna. La niña va de rodillas, habla, reza, pide, pero la gente sólo puede ver a una criatura de siete años que ante enormes multitudes no se asusta, ni se altera, ni pierde su actitud natural.



La Iglesia no ha intervenido todavía en esta supuesta aparición y las jerarquías eclesiásticas nada han dicho. ——CIFRA [El Alcázar, Madrid, 6 de mayo 1947, p. 7]

P.D. II. Si alguien sabe más sobre la historia, por favor que se ponga en contacto conmigo para ampliar la información. Además seguro que debe de existir alguna fotografía de lo ocurrido que sería muy interesante rescatar. Gracias.
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