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Y LO PÁJAROS SE POSTRARON A LOS PIES DEL POETA

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El lunes 17 de noviembre de 2014 os enseñaba, Al Detalle, la escultura creada por Enrique Pérez Comendador dedicada al poeta salmantino (y casi extremeño) Gabriel y Galán. En esa ocasión os contaba que en las esquinas de la base que sostiene a la figura sedente del escritor, se observaban unos huecos donde, originalmente, se situaban unos pequeños pájaros de bronce, haciendo referencia a las aves que tan recurrentemente aparecen en sus poemas. 



En la mayor parte de la bibliografía se indica que esas aves son la alondra, la perdiz, el búho y el mochuelo. Recientemente he encontrado en el número 1808 de la revista Blanco y Negro, fechada el 10 de febrero de 1926, un artículo donde se narra la inauguración de la escultura  en el paseo de Cánovas, y en la que aparecen  las fotografías de dos de los pájaros de bronce que originalmente el autor colocó en el monumento. La sorpresa fue que uno de ellos era un búho y el otro un águila. Tras la desaparición de las figuras originales, parece que el tiempo se ha encargado de olvidar el recuerdo al águila y en ningún otro lugar aparece alusión alguna a ella, cambiando su figura por la de la alondra o la perdiz. 


Si buceamos en los escritos del poeta encontramos numerosas referencias al águila, aquí presento una pequeña muestra:


LA DEUDA (fragmento)

Almas grandes que pudierais remontaros,

poderosas, mayestáticas, serenas,

por encima de las águilas reales,

a purísimas atmósferas etéreas

donde el oro de las alas no se mancha,

ni oscurecen las pupilas vagas nieblas,

ni desgarran el oído los estrépitos

de los hombres que se hieren y se quejan…



FECUNDIDAD I (fragmento)

Allá, en las cumbres de las sierras hoscas,

allá, en las cimas de las sierras bravas;

en la mansión de las quietudes grandes,

en la región de las silbantes águilas,

donde se borra del vivir la idea,

donde se posa la absoluta calma,

su nido asientan los silencios grandes,

el tiempo pliega sus gigantes alas

y el espíritu atento

siente flotar en derredor la nada…



Hace unos meses, los responsables del consistorio cacereño se comprometieron a restituir estas avecillas. El encargo se realizó al escultor Juan Muro. Lo curioso es que las cuatro aves que ha reproducido son el mochuelo, la alondra, la paloma y la perdiz; ni búho ni águila. A comienzos del 2017 estos cuatro pájaros han vuelto al lugar donde siempre debieron estar, y en el que esperemos que continúen mucho tiempo. El proceso de creación de las figuras lo podemos ver en la siguiente web, de donde he tomado algunas fotos.






Pero como a mí me gusta mirar con más detalle estas cosas, he buscado en las obras de D. Gabriel las referencias a cada una de estas aves. Lo curioso es que el mochuelo sólo se nombra dos veces, y una de ellas en la expresión “colgar un mochuelo”, que en realidad no hace referencia al pájaro. Por el contrario, 3 son las veces que en sus poemas habla del búho. Atendiendo a esto y a la información de la revista Blanco y Negro, podemos afirmar que el pájaro que debería representarse en la esquina izquierda (si miramos de frente al poeta), no es el mochuelo, sino un búho:



MI VAQUERILLO (fragmento)

Una noche solemne de junio,

una noche de junio muy clara…

Los valles dormían,

los búhos cantaban,

sonaba un cencerro;

rumiaban las vacas…,

y una luna de luz amorosa,

presidiendo la atmósfera diáfana,

inundaba los cielos tranquilos

de dulzuras sedantes y cálidas.



ELEGÍA I (fragmento)

¡Son tan medrosas

las noches claras

cuando en los charcos

cantan las ranas,

cuando los búhos

ocultos graznan,

cuando hacen sombra

todas las matas

y se menean

todas las ramas!…



LA MONTAÑA (fragmento)

Y en tus noches ardientes

te arrullaron graznidos estridentes

de búhos en el árbol apostados,

y bramidos dolientes

de ciervos encelados;

y te bañaste en el mar de oro

de las auroras puras,

oyendo el himno del vivir sonoro

del de las aves incontable coro

que habitaba tus densas espesuras…


Si miramos al poeta de frente, a la derecha encontramos a la ALONDRA. Aquí podéis leer algunas de las 34 veces que el autor nombra a este ave en sus poemas.




LA PRIMAVERA (fragmento)
Una alondra feliz del pardo suelo,
fue la primera en presentir al día,
y loca de alegría,
al cielo azul enderezando el vuelo,
contábaselo al campo, que aún dormía.







ADORACIÓN (fragmento)
...palpitaron por valles y colinas.
El coro de los pájaros cantores,
desatando sus lenguas peregrinas,
inundó de armonías el ambiente;
y para el gran concierto que a la aurora
dedicaba la gran Naturaleza,
su aroma dieron las gentiles flores,
el bosque dio su voz, honda y sonora,
la alondra dio cantares,
el rocío del valle dio colores,
el aura dio rumores.





Si miramos las espaldas de poeta, a la izquierda encontramos la PALOMA, que es mencionada un total de 26 veces en sus poemas.

LA VIRGEN DE LA MONTAÑA (fragmento)
Era un día de amarguras cuando yo subí la cuesta
de la alegre montañuela que veía yo a mis pies
desde aquella blanca ermita que asentaron en su cresta
como nidos de palomas en pimpollo de ciprés.
Sube a la mística loma,
que no hay mansión deleitable
más llena de paz amable
 que el nido de una paloma.
                                                
AMOR (fragmento)
Y en las penumbras vanas
de sus místicas cárceles oscuras,
una legión de vírgenes humanas,
blanca bandada de palomas puras,
los ojos elevando a las alturas,
que sus castas miradas atraían,
con plañideras voces temblorosas
cantaban y decían:
—¡Jesús! ¡Jesús!… ¡Te adoran tus esposas!
¡Tus esposas te adoran!… repetían.





Y finalmente nos topamos con laPERDIZ, que aparece un total de 9 veces en los textos de D. Gabriel.




MAÑANAS Y TARDES (fragmento)
Las alondras reposan en sus solaces,
las codornices duermen bajo sus haces,
los lagartos, que salen de su agujero,
cruzan algunas veces por el sendero;
la perdiz a sus hijos, cauta, reclama
bajo la tibia sombra de la retama,
y uniendo sus cabezas abochornadas
dormitan las ovejas en las cañadas.





CASTELLANA (fragmento)
Para que tú te regales,
no dejaré una con vida
veloz liebre en los eriales,
ni esquiva perdiz hundida
del cerro en los matorrales…








PINTURA RUPESTRE DEL SIGLO XXI EN CÁCERES

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En mis habituales carreras y paseos a la Montaña, siempre me habían llamado la atención unos dibujos que se pueden ver en unas rocas en la primera gran curva que nos conduce a San Marquino. Nunca averigüé quién era el responsable de una idea tan imaginativa y que embellecía tanto aquel rincón.



 
Hace unos días, en una publicación de un amigo de Facebook, descubrí que éstas no eran las únicas obras de este artista que se podían ver en la zona, sino que, en el Cerro de la Butrera, no muy lejos de allí, el autor había desplegado su arte, regalándonos preciosas imágenes en perfecta comunión con la naturaleza. Posteriormente descubrí que las realizó Raúl Redondo, más conocido como Raúl Papoose, artista cacereño multidisciplinar fundador de Papoose Art Culture.



 Realizadas con pigmentos y aceites naturales quieren ser arte en la naturaleza, quieren ser las pinturas rupestres del siglo XXI, como él mismo explica en su página de Facebook:

“El arte ha existido en todo momento de la historia, dando algo que contar a quien lo encuentre y aprecie. Desde tiempos lejanos, los humanos se han expresado modificando su ambiente para dejar rastro de lo que alguna vez los rodeó y de lo que fue vivir como ellos. El arte prehistórico, basado en expresiones plásticas como la pintura y la escultura en su etapa denominada paleolítica (Edad de la piedra vieja). Arte rupestre, culturas antiguas y elementos nobles y naturales son fuentes de inspiración en todos los proyectos y diseños que reflejan a PAPOOSE ART CULTURE”





























Las figuras estilizadas de interminables extremidades, manos, puntos ocres, un buitre, zorros, un majestuoso ciervo, una rana, lagartos y un Altamirano bisonte, son los nuevos habitantes de este cerro. Poseen unas de las mejores vistas de la ciudad y crean un paisaje artístico-natural que sorprende, emociona y nos hace reconciliarnos con esta aletargada ciudad poco imaginativa, en la que de vez en cuando una chispa de creatividad y valentía nos recuerda quienes éramos, o quizá seamos, aunque a veces no lo sepamos. 














CRUZ TUMULARIA EN ALDEA DEL CANO

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Este verano, paseando por las calles de mi pueblo de adopción: Aldea del Cano, reparé en una casa que estaba en obras en la Calle Real. Habían picado la fachada y habían liberado la cantería de la puerta de un lucido de esos que se pusieron de moda hace unas décadas, y que tanto daño estético siguen haciendo en los pueblos. Gracias a la luz incidente del fin de la tarde, reparé en que al lado izquierdo del dintel de la puerta había algo grabado: era una cruz tumularia. Las cruces tumulares o tumularias (cruces sobre pie triangular), denominadas así en virtud de la semejanza de la silueta del pie con los túmulos funerarios que se grababan en determinados lugares, como los exteriores de las iglesias, como señal de la muerte de los caballeros batidos en duelo y por tanto excomulgados, según los cánones dictados en el Concilio de Trento181. Claro está que estas cruces, de las que se han dado a conocer un buen número de ellas en fecha reciente en la ciudad de Toledo, se encuentran dispersas por los lugares más recónditos, en espacios que se han interpretado, tal vez un tanto a la ligera, como los puntos donde el difunto se había retado en duelo. Independientemente de la finalidad que tuvieran estas cruces, parece que se encontraban generalizadas en todos los rincones del ámbito urbano, unas veces por devoción y otras para evitar que en las inmediaciones de las mismas se tiraran inmundicias o se hicieran necesidades fisiológicas.





Hace tiempo os enseñé dos cruces parecidas, aunque no iguales, en el palacio de los Golfines de Arriba, curiosamente también situadas a la izquierda de la puerta. En verdad están a la derecha según sales de casa. Era común, y en algunas personas de cierta edad aún lo sigue siendo, santiguarse al salir de casa. Esta cruz, en ocasiones, servía para tocarla antes de persignarse, como ocurría en muchas iglesias, como os conté en el artículo dedicado a las cruces de la Iglesia de San Juan. En ocasiones se colocaban tras alguna curación milagrosa o alguna intervención divina, como símbolo de haber sido esa casa “tocada” por la gracia de Dios.

No sabremos nunca por qué en esta casa de la Calle Real de Aldea del Cano grabaron esta cruz, lo que si sabemos, es que por suerte, y unas obras, podemos disfrutar de este precioso DETALLE que forma parte de la cultura de nuestra tierra.




 

EL PENSADOR SIN IDEAS DE CÁCERES

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A muchos les habrá llamado la atención, y a muchos les habrá pasado inadvertida, a los mismos a los quizá, les resultará indiferente. A pesar de todo eso, existir existe, estar está. Os voy a hablar hoy AL DETALLE de una escultura situada en la confluencia de la Avenida de España (Cánovas) y la calle Gómez Becerra. Fue realizada por el profesor de dibujo D. Gustavo Castaño Velayos, que ejerció la docencia en los Licenciados Reunidos y en la Escuela de Maestría Industrial, lo que luego fue el García Téllez, cuando éste se situaba en la actual escuela de idiomas. En la imagen obtenida en la web “fotos antiguas de Cáceres”, vemos a D. Gustavo; es el primero de los profesores que se encuentran de pie, mirando desde la derecha. En septiembre de 2008 falleció en nuestra ciudad. 



La escultura representa una figura humana en actitud reflexiva y fue de las primeras obras de tipo conceptual que se colocaron en nuestra ciudad. En 1980 el artista la donó al consistorio con motivo de la festividad de San Jorge, y desde entonces es testigo de chapa y hormigón del devenir de esta pequeña capital de provincia, que tanto ha cambiado en estos casi 37 años… y no siempre para bien.









Sobre un basamento de hormigón en forma de pajarita zigzagueante se apoya la estructura de chapa con elementos rugosos superficiales que reflejan los pensamientos, ideas y sentimientos de aquella persona que toma un momento de su vida para reflexionar, alejado de soflamas repetidas y eslóganes clónicos. Y yo ahora me pregunto ¿Qué pensará el pensador sobre que nadie piense en pensar que su pensamiento está rodeado de basura? Pues el pensamiento del pensador será pensar en que es él de los pocos que ejercen ese sano ejercicio en esta ingrata ciudad. Su belleza será discutible, o no, pero lo claro es que el lugar que ocupa no es adecuado, ni siquiera digno, me atrevería a decir. Pero claro, de una ciudad que consiente que la escultura de Muños Chaves lleve dos años destrozada, no podemos esperar la sensibilidad suficiente como para que a este pensador le regalen una ubicación más adecuada, más digna… mejor dicho, una ubicación adecuada y digna. 






Espero que la próxima vez paséis por delante de ella os ayude a pensar, a reflexionar, o al menos, a reconocer un pequeño fragmento de la actividad artística y cultural del pasado reciente de la ciudad.

CRUCES OCULTAS EN LOS MUROS DE CÁCERES. UN PASEO DE CRUZ EN CRUZ.

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Que esta ciudad no deja de sorprender, es algo que llevamos constatando post a post, desde hace casi tres años. Cada rincón,cada calle, casi cada piedra, quiere gritar una historia, esperando que unos ojos curiosos o unos oídos expectantes quieran escucharla.Si nos fijamos, AL DETALLE, nuestros muros están plagados de cruces, en un número que puede sorprender y que se asoman a nuestra vista desde ubicaciones conocidas por todos, pero donde normalmente pasan inadvertidas. Hoy sólo os voy a mostrar algunas de ellas, otras, si no os importa, me las guardo para futuros artículos.En cuanto al origen o el significado… pues se puede decir de todo o nada. Podemos suponer sus funciones, pero en realidad, sólo el que las hizo podría darnos una explicación certera. Veremosuna que sacraliza alguna entrada a la ciudad, otras pretendían evitar que algunos rincones se llenaran de basura o excrementos. Otras pueden señalar el lugar donde ocurrió alguna muerte…. Empecemos a recorrer nuestras calles de cruz en cruz:

ARCO DE SANTA ANA


En lo que se conoce en Cáceres como el Postigo de Santa Ana, podemos observar una gran cruz cuya función sería la de sacralizar una de las entradas de la ciudad en alguna época en la que no estuviera presente en su hornacina ninguna imagen religiosa. Recordemos que la que vemos ahora es una obra de Pepe de Arganda, de mediados del siglo XX.





IGLESIA DE SANTIAGO


Junto al alquerque de esta iglesia, que ya os enseñé, una cruz griega de pequeño tamaño. No sabemos si formaría parte de algún Vía Crucis, o era una de esa cruces que se colocaban en las iglesias para evitar que los transeúntes hicieran sus necesidades en sus alrededores.




IGLESIA DE SAN JUAN


Además de las que ya os enseñé en sus puertas, en el ábside, junto a donde durante décadas se situó un kiosco, podemos ver esta cruz.







CALLE DEL MONO


En la Calle del Mono, ya llegando a San Jorge, podemos ver esta preciosa cruz. No podemos saber si marca el lugar donde ocurrió alguna desgracia o muerte luctuosa, porque, aunque no es una cruz tumularia, si se presenta sobre una base, algo que no ocurría en las descritas anteriormente.






CALLE DEL ARCO DE SANTA ANA


En esta estrecha calle se esconden varios DETALLES, pero hoy sólo os mostraré esta pequeña y casi desaparecida cruz, que como en el caso anterior, presenta una base, y a mi parecer, se acerca más a una cruz tumularia que a las que hemos visto en los edificios religiosos. 


Sólo me queda invitaros a usar estar cruces de excusa para recorrer nuestras calles, AL DETALLE

P.D. Quisiera agradecer a mi amigo Pedro Camello que me descubriera la cruz del Arco de Santa Ana.

ROLLOS Y PICOTAS V. EL ROLLO DE VALDEFUENTES

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Algo alejado de mi radio de acción habitual, se encuentra el Rollo de Valdefuentes, que he querido mostraros, AL DETALLE, para completar el monográfico que, sobre los rollos y picotas en los alrededores de Cáceres, estaba haciendo desde meses.


Esta imponente columna de piedra se encuentra en el medio de la plaza, lugar al que fue trasladada en 1968 desde la parte baja de ésta, donde se situaba originalmente. La mandó construir Álvaro de Sande, cuando le compró la villa de Valdefuentes a Felipe II, como parte del agradecimiento por los servicios militares que había ofrecido al reino. Concretamente la venta se firmó el 11 de julio de 1558. De esta forma el rey, que además necesitaba algo de liquidez, se despoja de una villa que había pasado a formar parte de la corona con el desmantelamiento de la Orden de Santiago, a quien pertenecía Valdefuentes en un principio. 


 

Sobre tres gradas circulares se levanta esta imponente columna de cantería labrada, sustentada por una potente basa. El primer tercio del fuste se decora con junquillos que pasan a  ser acanaladuras en los dos tercios restantes. Se remata por un tambor entre molduras convexas en el que destacan tres cabezas de leones con las fauces abiertas. El la bibliografía ser afirma que en uno de los interespacios de este tambor aparece el águila de la casa de los Sande (Solano, 1987. Historia del Señorío de Valdefuentes), pero yo no he logrado encontrarla. A lo largo del fuste observamos restos de la decoración en esgrafiado que poseía y que está perdiendo. No olvidemos la tradición y la importancia de esta técnica en la localidad.




 

Sobre un saledizo, a modo de cornisa, se apoya una desigual pirámide truncada donde descansaba hace años una maltrecha y misteriosa figura de la que algunos dicen que era antropomorfa y otros sostienen que era una lechuza. De una forma o de otra, lo que sí tenían claro en la localidad, es que era una figura alegórica de la muerte. Recientemente ha sido sustituida por un inocente angelote que porta un cuerno de la abundancia. Desconozco el paradero actual de la misteriosa escultura original. 








Lo más probable es que a este precioso rollo de estilo jónico, se le añadiera posteriormente esta deforme pirámide que aparece de forma incoherente con el resto del monumento. A pesar de eso, el conjunto es de gran belleza, y lo que es más importante, ocupa un lugar privilegiado en la localidad, y un lugar, que sin duda, es totalmente merecido.

SAN JUAN BAUTISTA DE LA VICIOSA. DELEITOSA

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Sé que está algo lejos de mi zona habitual de trabajo, pero cuando un amigo te llama y pronuncia en la misma frase las palabras: CONVENTO y RUINAS, no puedes negarte embriagado por la emoción.

El convento se encuentra a unos 5 Kilómetros al oeste de la villa cacereña de Deleitosa, aproximadamente. El lugar es aún hoy, muy húmedo y fragoso, circunstancia que dió origen a su sobrenombre, debido a la persistente exhuberancia (vicio) de la vegetación autóctona. Hay otra versión para el origen de este nombre, porque el Convento fue también llamado el Convento de los Habaneros, al emplazarse junto a unas huertas de habas. Lo curioso es que en la zona también se conocen a las habas como vicios, por lo que esto también explicaría el apelativo de “viciosa” en relación a estas legumbres.





San Juan Bautista de la Viciosa fue fundado en 1561 (1559 según otras fuentes) por la Orden de franciscanos descalzos de la custodia de San José, dirigida por el que habría de ser unos de los santos más grandes de la cristiandad y Patrón de Extremadura, fray Pedro de Alcántara. Esta construcción se llevó a cabo a expensas de los Condes de Oropesa y Deleitosa, D. Francisco Fernando Álvarez de Toledo y su esposa, Dña. Beatriz de Monroy y Ayala, dueños y señores de aquellos territorios.







Se levantó alrededor de un pabellón de caza que tenían allí los condes, y su construcción fue del gusto de aquellos frailes mendicantes: tosca y sencilla, a semejanza del convento del Palancar. Debido a las pésimas condiciones de habitabilidad que reunía aquel edificio, y que según la tradición fueron la causa de que San Pedro de Alcántara enfermase en él para morir poco después en Arenas. Unido a lo alejado del convento de los pueblos de su guardianía de los que dependían sus limosnas y sustento, los frailes solicitaron al patrón D. Juan Álvarez de Toledo, que edificase un nuevo convento en un lugar cercano, pero más saludable, a lo que el conde se negó. Entonces, previa licencia del Ayuntamiento de Trujillo, el obispo de Plasencia y el Consejo Real, en enero de 1603, la comunidad franciscana de La Viciosa se trasladó definitivamente a la ermita de Sta. María de la Magdalena, extramuros, aunque muy próxima, a la ciudad trujillana, donde edificaron un nuevo convento.





Los franciscanos entregaron el convento de la Viciosa y sus pertenencias al conde de Oropesa y Deleitosa, quien envió a su administrador en Belvís y Alcalde Mayor de aquella villa para recibir la casa. Seguidamente, el patrono entregó el convento a los padres Agustinos Recoletos, quienes sí consiguieron del conde que les edificase un nuevo edificio junto al anterior, que quedó abandonado.





Los agustinos lo habitaron hasta la Desamortización general decretada por Juan Álvarez Mendizábal en 1836, y a partir de entonces comenzó su progresivo deterioro.

En la actualidad sólo quedan las ruinas de aquel nuevo cenobio, y una capilla conocida como “de San Pedro de Alcántara”, que se usa como pajar de la finca, y que probablemente fue un eremitorio para recogimiento y penitencia de los franciscanos descalzos originales.

Para visitar este precioso lugar nos dirigimos hacia el cuartel de la Guardia Civil y tomamos la calle que sale justo enfrente del matadero por el camino de Jaraicejo. Un poco más adelante empieza la señalización de esta ruta en el abrevadero para uso ganadero. Transcurridos unos 500 metros el camino se desvía a la derecha entre tapiales de piedra hasta llagar al Valle Gusano y después al Arroyo Pedro García. Seguimos nuestro camino y tras una cuesta empedrada, pero poco pronunciada, alcanzamos la Cañada del Alcalde, que nos recuerda el antiguo trasiego de ganado por esta zona. Aquí abandonamos la ruta y seguimos la señalización que nos lleva al paraje conocido como la Mesa del Arco.




A continuación, seguimos hasta la fuente de la Retuerta, lugar idóneo para un descanso, y a la izquierda dejamos la cancilla de la finca El Cañaveral para cruzar un poco más adelante el Arroyo del Horco y alcanzar el Valle Rocastaño, donde está el Convento San Juan Bautista de la Viciosa.








OTRA CRUZ TUMULARIA EN NUESTROS MUROS

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"Extermínese enteramente del mundo cristiano la detestable costumbre de los desafíos... Los que entraren en el desafío, y los que se llaman sus padrinos, incurran en la pena de excomunión y de la pérdida de todos sus bienes, y en la de infamia perpetua, y deben ser castigados según los sagrados cánones, como homicidas; y si muriesen en el mismo desafío, carezcan perpetuamente de sepultura eclesiástica".




Como ya os conté, Al Detalle, hace unos meses en la entrada dedicada a la cruz tumularia que se encuentra en la Calle General Ezponza, el Concilio de Trento (1563) pretendió frenar el gran desastre que estaban suponiendo los duelos de espada, no solo en España, sino en gran parte de Europa. Los mejores caballeros y espachines, casi por cualquier razón, se enfrentaban al alba para salvar las deudas de honor que llevaba a una merma considerable de la potencialidad militar de nuestras tropas. Así la iglesia mandó descomulgar a todos los duelistas y sus padrinos. Esto implicaba que no podrían recibir misas ni enterramiento en camposanto. Fue entonces cuando se generalizó el uso de las Cruces Tumularias para recordar el lugar en el que algún caballero había fallecido en el transcurso de un duelo. Así cuando alguien se cruzara en su camino con una de ellas podría recordar su alma y rezar por ella.



Como os decía, hace meses os enseñé la que se encuentra en la Plaza de la Concepción, y gracias a la información de un amigo de este blog que me la descubrió, Fernando Solís, hoy os puedo enseñar otra, que aunque más deteriorada, parece ser una "nueva" Tumularia en nuestros muros. Se ubica en la muralla, en el Adarve de Santa Ana, a pocos metros a la izquierda de la puerta si la miramos de frente. Se encuentra en bastante peor estado, creo que por dos razones fundamentales: el tipo de piedra que la hace más quebradiza, pero fundamentalmente por la ubicación. En la zona en la que se encuentra y a esa altura, el incesante tráfico del adarve ha provocado que haya recibido más de un roce de los vehículos que han convertido la zona en un aparcamiento.

Ahora ya tenemos dos lugares donde contar que en los adarves o arrabales de esta ciudad algún caballero murió al alba tras batirse a un duelo de honor, y que tras ser descomulgado por la iglesia, la familia decidió grabar una Cruz Tumularia para que todos los que la vieran pudieran rezar un responso por el descanso de su alma, como la única forma de lograr la purificación de su espíritu. 





LA CASA DEL AIRE, AL DETALLE

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La “frontera” sur de Cáceres es muy rica en casas-fuerte que se han conservado, con mayor o menor fortuna, hasta nuestros días. Ya os mostré la casa de Mayoralguillo de Vargas y su piedra “del sacrificio”, así como la casa de la Carretona de Abajo (o del Salor). Hoy nos acercaremos a visitar LA CASA DEL AIRE, cuyo nombre original era Mayoralguillo de Carvajal. Posteriormente cambió de manos y pasó de los Carvajales a los Duques de Valencia, hasta que ya en el siglo XX fue adquirida por la familia Blanco.

En torno a los siglos XIV y XV, en los que la mayoría de estas fortalezas se levantaron, se concibieron las construcciones como centros de explotación agroganadera, donde los señores pasaban algunas temporadas y que, además, reflejaban la patente inestabilidad vecinal y la rivalidad entre las familias, con la presencia de elementos defensivos y/o disuasorios. Años después, en época renacentista, las casas adquieren un verdadero carácter residencial, donde se mejoraban las condiciones de habitabilidad y las fachadas se plagaban de elementos más típicos de la arquitectura señorial urbana. Aparecen entonces portadas con sillería y dovelas, alfices o los escudos nobiliarios.  A pesar de ello, en ningún momento desaparece su función agropecuaria.


Para llegar a ella tenemos dos caminos que parten de la Carretera de Badajoz, cercanos al Castillo de las Seguras. Según nos acercamos vislumbramos una gran mole de mampostería pero que, si nos fijamos AL DETALLE, guarda secretos que nos cuentan una pequeña parte de su historia. Rodeando a la casa aparecen construcciones ganaderas, como una magnífica cochiquera levantada con la técnica de la piedra seca y cerrada en falsa bóveda, como es común en la zona. Además destaca un impoluto bujío en el interior del cercado o un enorme tinao.




Según la bibliografía, la casa se concibió como un cuerpo central escoltado por dos torres con matacanes. El tiempo y las reformas han igualado la altura de las tres partes de la casa, convirtiendo el conjunto en un gran prisma de mampostería, pero en el que, si nos fijamos bien, en los restos de cantería, podremos apreciar la ubicación original de las torres. También llama la atención el gran número de ventanas y sus diversas tipologías. El conjunto se asienta sobre un berrocal cercano al Salor, lo que hace de la zona, una región idónea para la cría, fundamentalmente, de ovejas.







Si tenéis oportunidad, daos un paseo por la zona para conocer la riqueza que ofrecen las casas-fuerte de la “frontera” sur de Cáceres.


DOS PRENSAS OLEARIAS EN TORREQUEMADA… DE CARAMBOLA

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En ocasiones, no demasiadas desgraciadamente, la suerte te mira a los ojos y te sonríe. Hace poco acompañé a un ilustre investigador, y académico cacereño, a visitar las Corralás de Torrequemada de las que ya os hablé hace tiempo. Por el camino le comentaba que sabía que en la zona había una enorme prensa olearia que llevaba años buscando, y que se me resistía, muy a pesar mío. En ningún momento se me ocurrió retomar ese día la búsqueda, ya que el objetivo de la visita era otro. Cuando ya regresábamos al coche, y después de dar un buen paseo con el frescor de la mañana (que nos costó un buen madrugón) nos topamos con un ganadero que venía a alimentar a unas preciosas vaquillas. Se me ocurrió preguntarle por el molino que tanto anhelaba fotografíar. Desgraciadamente no tenía ninguna constancia de “una piedra con un hueco redondo”. Esto me desalentó porque si alguien que recorre aquellos campos a diario no la conoce, iba a ser muy complicado dar con ella. De repente agarra el teléfono y llama a alguien. La airada y coloquial conversación se completa con un “venga, aquí te espero”. Nos mira sonriente y nos dice: “ahora viene el alcalde que él seguro lo sabe”. Nuestras caras de asombro fueron a más cuando, de verdad, unos minutos después aparece el alcalde en su coche blanco. Nos saludamos y al preguntarle por la prensa se lleva la mano al bolsillo y nos dice: “¿esto es?”. En efecto, tenía una foto de la preciada piedra en su teléfono móvil. Nos indica que es muy complicado llegar a ella, aunque no está lejos, que él nos lleva un tramo y ya nos indica para que nosotros busquemos. 

Mientras estamos montados en el coche con el alcalde recorriendo la dehesa boyal, nos cruzamos con un paisano que saluda con gran aprecio a nuestro guía improvisado. De nuevo los astros no son favorables y cuando el alcalde le pide a este señor que nos lleve hasta el propio molino, el paisano accede gustosamente. Ya somos cuatro en el coche del alcalde que se bambolea con solvencia por los caminos de arena que nos acercan cada vez más al Salor. Allí comenzamos a pie un recorrido por una preciosa dehesa en la que empezamos a pisar cada vez más restos de teja romana, alguna de ellas de gran tamaño y muy bien conservadas. Esto nos indica que estamos en el camino correcto hacia la presa. 





Cuando nos queremos dar cuenta, ahí está. Me sorprende su tamaño y buena conservación. La fotografiamos mientras que nuestro guía nos indica que a unos pocos cientos de metros hay otra cuadrada. Mi corazón comenzó a acelerarse porque de “esa otra” no tengo constancia ni documental ni fotográfica. Inmediatamente termino de hacer las fotos de rigor y le pido a nuestro amable amigo que nos lleve a ella. 










Cruzamos de nuevo el río, saltamos algún cercado y volvemos a llegar a una zona donde abunda la teja y los restos de tosco barro, y pocos metros después… la decepción. No se trataba de un lagar cuadrado, sino de los restos de uno similar al anterior pero que había sido destrozado, no sabemos ni cuándo ni por quién. No obstante, el descubrimiento me excita y emociona a partes iguales.










A estas horas de la mañana de esta agonizante primavera, el calor comienza a ser insoportable y comenzamos el camino de regreso. Nos dirigimos a un camino flanqueado por unos muros de piedra con grandes lanchas talladas y mi corazón vuelve a acelerarse cuando me dice nuestro simpático acompañante, que en una de esas piedras hay unas letras, que seguramente sea una lápida romana. La decepción fue inmediata cuando asegura que no recuerda dónde está y que tiene que marcharse. Nosotros conscientes del esfuerzo y el favor que nos ha hecho, no intentamos buscar la inscripción, aunque quedo registrado el lugar para volver en breve y hacer una búsqueda exhaustiva. 

Nos despedimos de nuestro guía y volvemos al coche con la sensación de haber sido afortunados, no sólo por encontrar dos grandes rocas con mucha historia, sino por habernos topado con tres grandes y amables personas, que, sin conocernos de nada, nos ayudaron y acompañaron en este precioso paseo.

El origen de estas prensas es claramente romano. No sólo tenemos de prueba las abundantísimas tejas que plagaban los alrededores, sino otras evidencias, como, por ejemplo, la toponímica. Los nombres de Torrejón, Torreorgaz o Torrequemada, son derivaciones etimológicas de la palabra Turris, que al contrario de lo cabría esperar, no significa “recinto elevado-amurallado”, sino que hace referencia a una villa rural. Esta zona es especialmente propicia para el asentamiento humano (como muestran los restos calcolíticos cercanos encontrados recientemente), porque abundan las surgencias de agua. En esta área confluyen pizarras precámbricas con afloramientos graníticos. Además de agua, los posibles asentamientos estarían muy bien comunicados mediante la vía que unía Metellinum y Castra Caecilia por el actual puerto de Valdemorales y que poseía un ramal que circundaba la cercana ermita del Salor. Mucho más próximo a las prensas tenemos el actual camino entre las Casas de Don Antonio y Torremocha que coincide, casi perfectamente, con un importante camino de comunicación entre Turgalium y la Norba, y que además sirvió como límite entre los términos de Montánchez y Cáceres durante años.

Aunque justo en las inmediaciones de las prensas no se ha excavado (de manera científica), no a demasiada distancia sí se han documentado asentamientos de origen romano como publicaron en 1965 Callejo Serrano, C. o los estudios del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UEX, encabezados por Calzado Palacios, M. Con toda esta información creo que podemos decir con bastante seguridad que estas prensas son de origen romano y que servían para facilitar las labores agrícolas de (posiblemente tres) viviendas rurales del entorno del Salor; apoyando así la hipótesis de que esta zona fue una zona de implantación romana por los rasgos geológicos, tectónicos, edáficos y topográficos, que la hacen propicia para el aprovechamiento de recursos y por estar bien comunicada con las ciudades del entorno.




En estos momentos no podría volver y encontrarlas, pero os invito a dar una vuelta por las Corralás de Torrequemada, un espectáculo singular de arquitectura vernácula, y pasear, si el calor lo permite, por la dehesa del pueblo… y pudiera pasar que la suerte os mire a los ojos, os sonría y podáis toparos con estas magníficas prensas, testigos abandonados del paso de los siglos. 

UN SANTO AL RITMO DEL REDOBLE Y UN RECUERDO A TERESA LA NAVERA

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Como todos los años, el pasado 13 de junio se celebró en Cáceres la procesión de San Antonio, que parte de la judería vieja y llega a San Mateo desde donde regresa tras una eucaristía. No es, ni mucho menos, la procesión más multitudinaria de la ciudad; ni la más sobria o más vistosa, aunque seguro que es la que mejor conserva el sabor, olor y el sonido de la verdadera tradición cacereña.




En esta ciudad que ha permitido contaminarse con costaleros (apartando a la horquilla por un simple postureo), que adopta manifestaciones sureñas en un desprecio consentido y aplaudido a las señas identitarias de nuestra ciudad, existe aún una ventana que nos permite asomarnos y ver quiénes éramos y mostrarnos de primera mano lo que queremos ser para lograr lo que nunca seremos.





Esta humilde procesión se acompaña de una charanga que entona la famosa canción de “Los Pajaritos de San Antonio”. Los más emocionante es que todo el cortejo va acompañando al Santo y cantando esta monótona y repetitiva canción, sin descanso ni desaliento, en un verdadero ejercicio de participación (y no de obervación).



Otro momento, que no logro entender (como la mayoría de las acciones fanáticas), se produce cuando se acaba la canción del Redoble y la gente asalta al Santo para hacerse con una de las flores que adornan sus humildes andas. Y es justo en el momento antes donde me quiero detener: en el baile del Redoble.


Muchos de vosotros no conoceréis mi vinculación con el mundo del folkclore desde hace más de 25 años. Esto me dio la oportunidad, sería en 1995 o 1996, de cantar la famosa jota cacereña a la llegada de San Antonio a su ermita. Como la mayoría de los cacereños empezamos la primera estrofa diciendo: “las de la calle Caleros se lavan con…”, al igual que se sigue haciendo por la mayoría. Al finalizar la canción, y una vez acabada la fiesta, se nos acercó una señora muy mayor, pero con esa experiencia y sabiduría que se reconoce inmediatamente, y nos dijo: “la cantáis mal, no es así”. Nos quedamos algo sorprendidos pero con las ganas de conocer el error, y nos dijo que la canción era: “Las del Caminito Llano se lavan con aguardiente. Las de la Calle Calero, con agüita de la fuente”. Nos encantó, además, la explicación: “las de Caleros íbamos por agua a Concejo, y las otras tenía fama de borrachas”. Según dijo esto se marchó con una medio sonrisa.




Yo no había reconocido a la señora que nos había corregido, y fue entonces cuando alguien se acercó y me dijo: es Teresa, la Navera. En ese momento fui consciente de haber recibido una lección de una de las personas que más han hecho por la música tradicional de la ciudad (fundamentalmente por la saeta) y que de alguna manera me había permitido conectar con un pasado en el que las tradiciones seguían vivas, como sigue ocurriendo en la Procesión de San Antonio, y por supuesto, ya no he vuelto a cantar el Redoble de otra manera. 


OJOS VIGILANTES DE LA GUERRA CIVIL EN LA CARRETERA DE LA MONTAÑA

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Cáceres fue una de las ciudades más importantes controladas por el Bando Nacional en la Guerra Civil española. Incluso fue cuartel general de Franco desde el 26 de agosto de 1936, donde se instaló durante 38 días en el Palacio de los Golfines de Arriba. Además, aquí se instaló la Legión Cóndor alemana que vino a apoyar a los sublevados. Por todo ello la ciudad sufrió su famoso bombardeo el 23 de julio de 1937. A las 9:30h cinco aviones soviéticos Tupolev SB2, usados por el bando republicano, lanzaron 29 bombas sobre las inmediaciones de la iglesia de Santa María, matando a unas 30 personas e hiriendo a otras 70.


Cáceres estaba custodiado por una serie de garitas de vigilancia comunicadas por radio en todo momento, con el puesto existente en el Santuario de la Montaña. Esa mañana ni la comunicación ni las sirenas antiaéreas funcionaron porque fueron saboteadas, como os detallaré más abajo.







Sabemos que no era la única, pero sí que es la única que nos ha llegado, y en bastante buen estado de salud. Seguro que todos la hemos visto cuando subimos a ver a la Virgen o visitamos la Ermita del Cristo del Amparo, pero casi nadie le habrá dado el valor que tiene como parte de la memoria histórica. Esa memoria histórica que no debe servir para lanzarse a la cabeza, sino que debe ser un punto de unión para evitar cometer los mismos errores del pasado y evitar que sucesos como aquellos se repitan.









En esta garita los soldados vigilaban nuestros cielos en constante comunicación con el aeródromo del ferial por radio, para disponer las defensas antiaéreas si fueran necesarias y frenar así un posible nuevo bombardeo que nunca sucedió, y no sabemos si no volvieron a caer las bombas en nuestras calles, gracias a los ojos que miraban desde esta garita de la carretera de la Montaña, que hoy os he querido enseñar, Al Detalle. 








ACTUALIZACIÓN 9 DE JULIO 2017

Gracias a las indicaciones del prestigioso investigador cacereño Serafín Martín Nieto, he podido leer el interesante artículo, del ya desaparecido Antonio Rubio Rojas, en el que se detalla las revueltas de la Nochebuena del año 1937. En esta historia de un posible "complot" contra el control Nacional de nuestra ciudad, se habla de las defensas antiaéreas de Cáceres y cómo éstas fallaron en el bombardeo de julio de ese año. A continuación extraigo unos fragmentos de este artículo que complementan la información de este post.

"Aquella defensa antiaérea contaba con posiciones, como atestiguan todavía las ruinas de la garita del Cerro del Amparo o la que llegué a conocer en el cerro, existente tras el Edificio de las Escuelas Normales de la Avenida de la Montaña. Todas estas garitas estaban comunicadas telefónicamente con el puesto de observación situado en el Santuario de Nª. Sª, de la Montaña, comunicación que en la mañana del 23 de julio no funcionó, como tampoco funcionarían las sirenas encargadas de dar la alarma; culpándose de ello a una telefonista que saboteó la comunicación, siendo uno de los observadores, concretamente Manuel López López, quien se dio cuenta de tal adversidad, emprendiendo veloz carrera para comunicar a la batería del Amparo que eran aviones enemigos y que dispararán, cuando el ataque aéreo a la ciudad era ya cruda realidad"

"...aquel día de Nochebuena de 1937 llegó por ferrocarril, procedente de Cádiz, con los elementos de los antiaéreos a montar, para la defensa de Cáceres, y una sección de soldados de artillería, encargados de su custodia, emplazamiento y vigilancia, pero sin fusilería para defenderlos, ni otra arma corta que la pistola reglamentaria de aquel oficial."

Además debo DENUNCIAR desde este humilde blog, que esta garita va a desaparecer en breve. Justo por su ubicación pasa el trazado de la espantosa, escandalosa y cuestionable obra de la Ronda Sureste de Cáceres, que no sólo va a producir un importante impacto ambiental, sino visual y social, y que va a destrozar parte de nuestro patrimonio, como la Fuente del Corcho, la Garita de la Guerra Civil, entre otras muchas cosas. Una Junta ocupada en gastarse lo mínimo posible en Cáceres, y un Ayuntamiento anodino, sin ideas, sin iniciativa y sin capacidad de verdadera lucha, van a consentir destrozar para siempre, lo que significa para esta ciudad la Sierra de la Mosca.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

EL POZO DE LOS ENAMORADOS, LA BENEMÉRITA Y DON FERNANDO GARCÍA MORALES.

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La historia que hoy os voy a contar, Al Detalle, lleva años guardada en mi particular baúl de los recuerdos. Tengo que confesar hoy, que en gran medida mi vocación, y la razón por la que hago este blog, es por la influencia de Don Fernando García Morales. Le escuchaba embobado de pequeño en sus colaboraciones en la radio, y devoré su libro “Ventanas a la Ciudad” el mismo día de su presentación, a la que pude asistir. Las casualidades de la vida hicieron que, años más tardes, pudiéramos entablar una pequeña relación, no me atrevería a decir de amistad, pero sí lo suficientemente estrecha como para compartir muchas tardes de café en el desaparecido bar Aloha en la Ronda del Carmen. Por esta vinculación mía con el mundo de la música tradicional, de la que ya he hablado últimamente, me instaba a hacer algo que aún no he hecho y que hace poco he recordado que me queda pendiente de cumplir: reescribir y poner música al Romance de los Enamorados de Cáceres.

¿Cuándo recordé mi promesa incumplida? Recientemente alguien ha tenido la feliz idea de recopilar los artículos de Don Fernando en un blog y publicarlos periódicamente en una página de Facebook. Hace poco publicaron su artículo sobre la leyenda de estos malogrados amantes cacereños en estas redes sociales. Concretamente este artículo está fechado en el 18 de junio de 1981, y dice así…


Debe de ser una historia tan bonita como la de los “amantes de Teruel”, pero yo no he llegado a ponerla en pie del todo. me estoy refiriendo a la sucedida en el llamado “Pozo de los enamorados”, casi olvidado hoy, pero no hace mucho tan traído y llevado aun en romances callejeros. sucedió en el propio Cáceres y debió ser a principios de siglo: dos enamorados cacereños a cuyos amores se oponía alguien o algo, no sé si la familia, las diferencias sociales que entonces estaban muy en moda o cualquier otra circunstancia, y que viendo que sus amores no podían terminar con el colofón de novela rosa, los terminaron a la tremenda, o sea, tirándose ambos, unidos por una cinta -dice el romance- al pozo del Cuartillo, que desde entonces se llamó “Pozo de los enamorados” y que fue cantado en coplas y romances de los que sólo he logrado conocer algunos fragmentos porque parece ser que donde más se cantó el romance de los enamorados, que así se llamaba, fue en los pueblos de alrededor de la capital:
Adiós, calle de Pintores
con sus tiendas y boticas,
que voy a tirarme a un pozo
con mi novia margarita...

Así decía una parte del romance, del que deduzco que ella se llamó Margarita, pero ignoro totalmente el nombre de él y las circunstancias familiares de ambos, ni aun el hecho que provocó la muerte conjunta de este Romeo y Julieta cacereños que un buen día decidieron atarse por la cintura y tirarse a un pozo. lo que sí es cierto es que el hecho conmovió a todo Cáceres, que se cantó en romances callejeros y que hasta cuando éramos niños, con cierto misterio, los mayores nos señalaban el pozo del Cuartillo diciéndonos: Mira, ese es el Pozo de los enamorados.
Esta historia que fue hasta legendaria se ha perdido y hoy el pozo, o su brocal está medio tapado por las hierbas, frente a la Universidad Laboral, al otro lado de la carretera y casi en medio de una llanada... así es la fama.
                                                                                           
Sabedor Don Fernando que yo ya conocía la historia, porque he leído ese libro bastantes veces, en una de esas tardes de tertulia, se llevó la mano al bolsillo interior de su abrigo y sacó dos folios perfectamente doblados en cuatro partes y que me entregó una vez los había desplegado con pausadísimo cuidado. Me dijo: “Mira, para que escribas el romance”. Yo no podría creer que me entregara un folio mecanografiado con la versión recogida por Rodríguez Moñino y completada por él mismo. Pero menos podía creer que me entregara una hoja manuscrita que completaba lo que aparecía en su libro y que debió de usar en la radio o en algún otro artículo. Esos documentos los conservo con mucho cariño y los comparto con vosotros, porque en una de las últimas conversaciones que tuvimos antes de su fallecimiento, le dije que tendría guardados muchos secretos e historias sobre Cáceres… y él me contestó que no, que el saber había que compartirlo. Ahora transcribo estos documentos y además los adjunto.

En el manuscrito podemos leer:

Cáceres ha tenido sus enamorados y aquí en lo que hoy es “Campus universitario”; frente a la Universidad Laboral, al otro lado de la carretera de Trujillo, puede verse aún el llamado “pozo de los enamorados”, porque en él ocurrió una tragedia parecida a la de Romeo y Julieta (pero a lo rústico). Debió de ocurrir el casi a principios del pasado siglo y se cantó en romances –a la antigua usanza- por toda España. El romance está recogido en diversas versiones que varían muy poco. El profesor Rodríguez Moñino, recogió y publicó una de estas versiones tomada en el pueblo cereño de Santiago de Carvajo, que varía en algo de la recogida por mí hace ya muchos años, cuando aún en las calles de Cáceres (como la de Caleros) se cantaban estas cosas. No logré recoger el nombre completo de los amantes, ni las familias a las que pertenecían por una lógica de aquel entonces impuesta por la Iglesia Católica: los suicidas –y estos lo eran- quedaban excomulgados, no se les podía enterrar en Campos Santos y las propias familias eran afectadas por esas “------------” o anatema de la Iglesia… de ahí el silencio alrededor de los apellidos y nombres familiares… dicho esto, vamos con el “Romance de los enamorados del Pozo del Cuartillo”


En la hoja mecanografiada podemos leer:

“ROMANCE DEL CUARTILLO Y EL POZO DE LOS AMANTES”
(Versión de la Capital, completada con la de Santiago de Carbajo recogida por Rodríguez Moñino)

El domingo por la tarde
Subieron a la Montaña
A despedirse del mundo
Los dos amantes del alma.
Adiós, calle de Pintores,
Con tus tiendas y boticas,
Que voy a tirarme a un pozo
Con mi novia Margarita.
En la bujarda del pozo
La gargantilla quedó
Y los pendientes de lazo,
La cadena y el reló;
En la bujarda del pozo
Una carta quedó escrita
Con un pañuelo de seda
De su novia Margarita;
En el pozo del Cuartillo
Es preciso echar la llave,
Que no se vuelvan a ahogá
Hijos de tan buenos padres;
En el Pozo del Cuartillo
Con vara y media de agua
Se han ahogado dos amantes
Atados con una faja;
En el Pozo del Cuartillo
Por aquellas estrechuras
Se han ahogado dos amantes
Atados por la cintura.

Don Antonio Rodríguez Moñino recogió la versión de Santiago Carbajo que difiere de esta, que completo yo con las tomadas a oído en la capital cacereña. La de Santiago Carbajo llamada al “Cuartillo” “Cuartujo” ya que supongo desconocía el nombre donde está aún el “pozo de los enamorados”, que se llama “Cuartillo” y no “Cuartujo”; llamaba Mariquita a la enamorada, a la que aquí siempre se ha llamado Margarita y tenía alguna otra diferencia de “menor cuantía”.


Pero la pregunta ahora es ¿dónde está el pozo? ¿Se conserva? He de reconocer que he estado buscándolo infructuosamente durante meses, pero como respuesta en esa publicación en las redes sociales que comentaba antes, mi amigo e historiador Antonio Rodríguez me sacó de dudas: el pozo se encuentra actualmente en el interior de las instalaciones de la Guardia Civil, frente a la Universidad Laboral, concretamente en la zona del aparcamiento. Como es una zona bastante sensible no he querido mostraros fotos por respeto a las instalaciones y sus trabajadores, y fundamentalmente por seguridad. Si subís por la calle que lleva al Residencial Universidad se ve perfectamente el brocal del pozo, donde estos dos amantes perdieron la vida.




Sólo me queda homenajear, de nuevo, a Don Fernando por lo que fue y por cómo fue. Muchos de nosotros seguimos inspirándonos en su forma de decir, de hacer y su forma de ser. 

ALTAR RUPESTRE (INÉDITO) EN MALPARTIDA DE CÁCERES

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Un altar es un espacio común a los dioses y a los hombres y forma parte de una percepción simbólica del paisaje. Los altares rupestres, aunque bastante comunes, han sido tradicionalmente apartados de los estudios académicos hasta no hace demasiado tiempo. Eran mirados con desconfianza y escepticismo desde el saber más ortodoxo. Pero ¿qué entendemos como altar rupestre? Podemos delimitar su concepto y decir que un altar rupestre es toda estructura al aire libre, sobre soporte pétreo, y que posee cavidades, cubetas… donde es patente la intervención humana y que no se enmarca en un uso práctico y cotidiano.

Su ubicación no es arbitraria, siguen unos claros patrones marcados por la organización interna del espacio, orientaciones astrológicas o una traducción de una concepción simbólica del entorno.

Para el análisis del altar encontrado me he apoyado en la Tesis de Maria Joao Delgado Correia dos Santos, titulada: Santuarios rupestres de la Hispania indoeuropea, del año 2015. Atendiendo a la clasificación de los mismos que la autora propone, podíamos enmarcarlo en la tipología A.1.2. por la presencia de escalones que permiten el acceso a una, o varias, cubetas de origen natural o artificial en las que se abre un desagüe. El número de escalones más común de esta tipología es tres, como ocurre en este caso, podemos afirmar que su cubeta es de origen artificial por lo preciso de su contorno.

Este tipo de altar, además, se suele situar en una zona ligeramente elevada y con buena visibilidad, y lo que en este caso es muy importante, cerca de un curso de agua. Los altares de la tipología A.1.2. han sido fechados entre la II Edad del Hierro y la época romana, algo que también coincide con lo que se conoce sobre el entorno en el que se ubica, mostrando así, una evolución importante de la concepción simbólica y una especialización cultural.


Hagamos una pequeña descripción del altar:

UBICACIÓN:
Malpartida de Cáceres
39,4688, -6,501. 372m alt.
Ubicado en medio de la penillanura cacereña.
Orientación 196ºNE

TIPOLOGÍA:
A.1.2.

DESCRIPCIÓN:
Piedra de tipología A.1.2. con tres escalones tallados que llevan a una cubeta circular en la zona superior con desagüe. La roca mide unos 6,16m de longitud, parte a la altura de suelo y se va elevando uniformemente hasta una altura máxima de 1,47m. A una altura de unos 60cm se sitúa el primer escalón orientado en el eje Norte-sur, de unos 25x11 cm. El resto de escalones son ligeramente más pequeños y varían ligeramente su orientación al este-oeste. La cubeta tiene 35 cm. de diámetro con un desagüe orientado al este de una anchura de 18cm.

CONTEXTO:
En las inmediaciones se reparten numerosas tumbas escavadas en granito y son fácilmente apreciables restos de cerámica de construcción de Época Romana.  El altar puede ser encuadrado en el conjunto de los tres altares ya conocidos de La Zafrilla, Las Cuatro Hermanas y Las Trescientas, con los que se encuentra alineado.



Se trata de una zona con una alta connotación simbólica. Destacamos en la zona los paneles con pinturas rupestres de Los Barruecos, y los famosos exvotos dedicados a la diosa ATAECINA (o ADAEGINA) encontrados en 1885. Podemos afirmar que estos cuatro altares formarían un conjunto sacro que, muy posiblemente, estuvieran dedicados a esta deidad prerromana. Esta teoría se sustenta, además, por la presencia de una estela en su honor y que ya os mostré, Al Detalle, y que se encuentra actualmente a poca distancia de allí, en el Lavadero de Lanas de San Miguel.


En estos altares el sacerdote accedería a la zona superior por los escalones para realizar el sacrificio de algunas cabras, posteriormente se realizaría una ablución purificadora aprovechando en arroyo y la fuente cercana, convirtiendo así a la cabra como ofrenda para alcanzar la salvación, purificación…


Existe un excelente libro de mi amigo Francisco Acedo, en el que profundiza en este tema y que desde aquí os recomiendo, aunque sea complicado de adquirir, pero sí disponible en bibliotecas.




En la zona existen otras estructuras pétreas que me llaman la atención, pero que tengo que estudiar con más detenimiento y que ya os mostraré Al Detalle. 


EL POZO DE LAS MATANZAS. APARICIÓN Y MILAGRO DE LA VIRGEN DE LA LUZ

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No sé si alguna vez os habéis fijado con detenimiento en el escudo del cercano pueblo de Arroyo de la Luz. En él parece verse a un cristiano venciendo a un "moro" en medio de un campo. A la izquierda aparece un bloque marrón y un par de cruces. Quizá no sea el escudo más bonito del mundo, pero sí tiene el mérito de hablarnos de tradiciones, de leyendas, o incluso de milagros.

Lo curioso es que ese bloque marrón, que parece no tener demasiado sentido, representa un pozo junto al que se desarrolló la historia que ahora os voy a contar. El pozo sigue resistiendo el paso del tiempo. Descubrí su historia y existencia, como suele pasar, de casualidad, y no pude resistirme a montar en mi bici y fotografiarlo, para contaros esta preciosa leyenda, Al Detalle. 


La historia de este pueblo nos llevaría a hablar de lusitanos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Ya os he hablado en otras ocasiones de las necrópolis y lagaretas que se distribuyen en las inmediaciones de la ermita de la luz, pero hoy me voy centrar en la reconquista. Sabemos que los cristianos toman esta pequeña localidad el mismo año que la capital, en el 1229. Las crónicas no se ponen de acuerdo si fue el mismo día o unos días antes o después. Lo importante es centrarse en la batalla que en el mes de abril de 1229 se estaba librando en las inmediaciones de lo que ahora conocemos como La Dehesa de la Luz. Las tropas de Alfonso IX de León luchaban con fiereza para expulsar a los infieles de estas tierras. La lucha fue intensa, el número de bajas desproporcionado, y el combate equilibrado. Los cristianos resistían, al igual que sus contrincantes, y aquello parecía que nunca iba a acabar. La noche cayó pero la lucha debía proseguir. Los leoneses sabían que sus enemigos conocían mejor el terreno y la zona, y por eso la noche les era contraria. Todo hacía presagiar una derrota dolorosa. Es entonces cuando una figura femenina se aparece sobre una encina cercana al campo de batalla. La mujer comienza a emitir una luz que alumbra a los creyentes y ciega a los impíos. Así los cristianos pueden ver y vencer a los "moros" que son incapaces de soportar la irradiación de aquella aparición.

Es entonces cuando las tropas del Rey Alfonso conquistan aquellas tierras para la cristiandad. Como agradecimiento comienza a realizarse el culto, en una ermita abandonada ya existente y no muy lejana, a aquella señora de Luz, Nuestra Señora de la Luz.

Y alguien me dirá ¿el pozo qué tiene que ver? Según la leyenda, y apoyado por la toponimia, la batalla se produjo en las inmediaciones del pozo. Tal fue la cantidad de bajas en ambos bandos, que las gentes del lugar comenzaron a llamarlo El Pozo de la Matanza, manteniendo ese nombre en la actualidad, y dándonos una pista sobre la veracidad de una pequeña parte del relato que os acabo de contar. El pozo, como os digo, se sitúa en la Dehesa de la Luz, no muy lejos de la ermita. Abandonado y algo escondido, pero con algunas señalizaciones que permiten localizarlo sin problema. 







Junto al Pozo, dos tumbas antropomorfas que seguramente fueron llevadas ahí para usarlas de abrevaderos, ya que se encuentran exentas. O quién sabe... puede ser que sean testigo de la cruenta batalla y la aparición de la Virgen, y las responsables últimas de las dos cruces del escudo de  Arroyo de la Luz, cuyo origen os he querido contar hoy, Al Detalle. 



CRUZ DE CAL EN LA CASA MUDÉJAR

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Creo que habré empezado decenas de entradas al blog de la misma manera: “habré pasado miles de veces por allí y nunca me había fijado en…” Pues exactamente esto me ha pasado con este DETALLE de la Casa Mudéjar. Para ser justos he de reconocer que, si no es por la ayuda de mi amigo, y genial artista cacereño, Pedro Camello, seguiría ignorando esta gran cruz dibujada con cal en la fachada de la casa. Esta casa es de mis preferidas de la parte antigua, y junto con el Palacio de Moctezuma, único ejemplo del uso de la fábrica de ladrillo como elemento compositivo en las fachadas.


El edificio es de estilo mudéjar toledano, de entre los siglos XIV-XV (según bibliografía). En la parte inferior predomina la mampostería y en la superior el ladrillo, donde destaca la ventana geminada de arcos apuntados-túmidos enmarcada por arrabá. Su parteluz es de granito y el capitel tiene forma de pirámide invertida truncada. Algo más arriba llama la atención una decoración de ladrillos en forma de Zig-Zag.


Justo al lado, en la casa anexa, sobre un portón (donde hace años íbamos a escuchar música en directo) y bajo un precioso escudo de los Ulloa, vemos lo que queda de una gran y tosca cruz dibujada con cal. Para evitar caer en un error y que se trate realmente de una pareidolia, recurro al archivo fotográfico de la ciudad… y en efecto, ahí está.





La foto más antigua que he logrado encontrar es del 1900 y ya aparece junto con otra, que ya no existe, a la izquierda del portón. Las cruces que aparecen pintadas en fachadas de edificios no religiosos no son abundantes en la ciudad. En otras zonas se dibujaban habitualmente en los principales colores primarios blanco y rojo, recordando este último los vítores de la arquitectura culta. Por lo común estas cruces son de buen tamaño y como ocurre, con las que se pintan en las hojas de las puertas, vienen incluso a ocupar toda la mitad superior de la misma. En todo caso, estas cruces parecen cumplir la misma función que las cruces protectoras vegetales clavetean en las puertas y nos permite acercarnos a ciertas prácticas religiosas relacionadas con determinados ritos de paso y de protección de los hogares e incluso a algunos fenómenos de cripto-judaísmo (GITLITZ, 2003; ALPERT, 2001).





No sabemos por qué estaban estas cruces ahí, y nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que una de ellas está desafiando el paso del tiempo y nos permite imaginar las razones que llevaron a los dueños de esa casa a encomendarse a Dios. Antes de que desaparezca os la quería mostrar, Al Detalle.




BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
ANÁLISIS Y SIGNIFICADO DE LA CRUZ EN LA CULTURA POPULAR DEL OCCIDENTE SALMANTINO: EL ABADENGO de Pedro Javier Cruz Sánchez

TUERO DE ALDEA DEL CANO 2017

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Sé que es complicado de entender. Las tradiciones, los ritos atávicos que nos conectan con lo más profundo de la identidad de un pueblo, no se pueden explicar. Desde fuera quizá sea algo salvaje, atrasado o sin sentido, pero sólo si miramos desde un punto de vista exclusivamente racional, desde la distancia y sin interés por alejarnos de la superficie y adentrarnos en la carga simbólica de estas viejas fiestas. 






En las tribus prerromanas era costumbre mandar a los niños que estaban llegando a la edad adulta, a pasar unos días solos en plena naturaleza. Ahí se enfrentarían con sus miedos, sus limitaciones y con el terrible hecho de estar creciendo. A la vuelta de esa experiencia de supervivencia debían aportar una prueba de su dominio del medio. Esa vieja costumbre, muy cambiada, pero esencialmente igual, se conserva en muchas fiestas de quintos. El algunas zonas estos quintos se acompañan de un macho cabrío, en otros llevan un pino a la plaza, o en el caso de mi pueblo de adopción, Aldea del Cano, lo que los mozos (y ahora también mozas) muestran como prueba de su paso a la edad adulta es lo que aquí llaman Tuero. El Tuero es un tronco de encina seca que es arrancado en el fin de semana más cercano al día día de Santiago. El 15 de agosto lo depositan en la plaza del pueblo donde permanece hasta el 24 de diciembre. Esa tarde de nochebuena se prende fuego y los aldeanos se concentran a su alrededor para felicitarse las fiestas antes de marcharse a cenar con su familia.






Una vez que los quintos y quintas ya han mostrado su supremacía sobre la naturaleza, pueden "pasar la manta". Si se fijan en las imágenes, una chica lleva atada al cuello una manta de rayas, con la que los quintos pedirán a los vecinos que contribuyan para continuar con la fiesta que ya empezó la noche anterior. 




Los tueros se celebran en más pueblos de los llanos de Cáceres aunque con diferentes versiones, lo que nos da idea de la antigüedad verdadera de la fiesta y de los arraigada que está en esta zona cacereña. Sé que muchos pensarán que estas tradiciones son una salvajada del pasado y que deben erradicarse a favor de una vida más urbanita, supuestamente civilizada, mientras compran, comen y beben cualquier guarrada en una franquicia rodeados de contaminación. Para que nadie se alerte hay que aclarar que desde hace ya un tiempo, el Tuero es arrancado con supervisión del SEPRONA, que se asegura de que la encina esté totalmente muerta, y por supuesto, con permiso del dueño de la finca.

También instaría a esos que critican estas fiestas, que ahonden en su significado, en sus símbolos y que entiendan que la mejor manera de saber quienes somos es saber quienes fuimos y de dónde venimos. 

Sólo me queda invitarles a que vengan a Aldea del Cano a disfrutar de esa curiosa estampa que ofrece ese gran tocón de encina, al que aquí llaman Tuero, en mitad de su plaza, frente a la Iglesia de San Martín, y así conocer más de la riqueza cultural que tenemos en esta tierra y que nos estamos empeñando en perder a favor de las contaminaciones invasoras sureñas, que como el Camalote en el Guadiana, están arrasando con lo autóctono, en este caso, con las costumbres, emociones, leyendas y cultura de esta tierra nuestra




LA CUEVA DEL CONEJAR, AL DETALLE

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La cueva de El Conejar, situada en la Urbanización Vistahermosa (C/Beethoven sin número)pertenece al conjunto de cuevas del Calerizo cacereño. Esta pequeña oquedad nos muestra, aunque nos cueste verlo, la parte final de la prehistoria y nos enseña una serie de hechos que se van implantando en los alrededores de esta especie de isla biótica en un entorno mucho más hostil, que representa el Calerizo. Aquí existían los recursos para alimentarse de forma permanente en una tierra realmente pobre, dominada por el granito y una terrible estacionalidad. Estar en el Calerizo suponía una ventaja frente al problema del suministro de alimento y agua. Esta necesidad de alimentarnos nos llevó a invertir grandes recursos en construir herramientas que nos facilitasen gestionar cada vez mejor lo que el entorno ponía a nuestra disposición.Esos procesos de evolución cultural, técnica y social, están inscritos en diferentes etapas y diferentes momentos en los tres yacimientos de esta zona cacereña.







LA GEOLOGÍA DE LA CUEVA Y EL ENTORNO.

La cueva del Conejar es una dolina, es decir, una disolución en burbuja de un material calcáreo. El Calerizo de Cáceres es un macizo con una profundidad media de unos 400 metros que se apoya sobre pizarras. Se caracteriza por un alto contenido en hierro que lo hace especialmente duro. Esto impide la formación de cuevas como las que estamos acostumbrados a ver en el norte de España, con galerías, grandes pasillos y estancias. Esto aquí es prácticamente imposible, y lo que realmente se produce es una disolución en burbuja que provoca este tipo de oquedades. Posiblemente este macizo debe de tener centenares de dolinas como esta, pero sólo las que están más en la superficie son capaces de abrirse al exterior. A partir de este momento en el que se abre a la superficie, la acción del agua, las arcillas o el viento, hacen que se vaya constituyendo su relleno geológico en forma de estratos. A través del tiempo, las condiciones en las que se depositan estos estratos son distintas, haciendo que estos sean distintos también, lo que nos ayuda a distinguirlos y separarlos temporal y espacialmente. Así se puede reconocer la secuencia estratigráfica del lugar y siguiendo el principio de superposición de estratos de Steno, sabemos, que, en condiciones normales, los estratos inferiores son más antiguos que los superiores. Durante el relleno acceden a la cavidad animales del entorno, y también humanos, dejando todos ellos sus basuras que se unirán a las arcillas y quedarán formando parte de esta serie estratigráfica que tanta información nos puede aportar.

EL DEVENIR DE UNA CUEVA

En 1916, el profesor del Brocense, Ismael del Pan (naturalista, antropólogo, arqueólogo…) fue a visitar lo que en la época se llamaba “La Cueva del Oso”, realizando una pequeña intervención arqueológica. En 1917 publica un artículo en el que queda constancia, por primera vez, la existencia de este yacimiento arqueológico para el que propone una datación que lo enmarca dentro de la Edad del Bronce y Neolítico (y posiblemente algo en el Paleolítico) en función de sus propios hallazgos. Según esta nota, la antigüedad del Conejar sería de algo más de 3000 años, que la cronología europea corresponde a la Edad del Bronce. Ismael del Pan se marcha de Cáceres a Toledo y el yacimiento cae en el olvido y no será hasta finales de los años 80, y principio de los 90, que la Universidad de Extremadura acomete dos intervenciones que llegan, más o menos, a la misma conclusión, aunque comienzan a apuntar que el yacimiento está bastante removido y que prácticamente nada se encuentra en su lugar original, aunque no explican las razones. Lo que se publica desde la UEX lleva 1000 años más atrás la antigüedad de la cueva, pero no cambia nada en relación a las cerámicas, huesos y utensilios que ya se conocían de la misma.

En ese momento la oquedad se cierra y se convierte en una escombrera donde se acumulan neumáticos, lavadoras… hasta que en el año 2000 el equipo de los Primeros Pobladores de Extremadura, inicia un programa sobre los tres yacimientos del Calerizo cacereño: Santa Ana, Maltravieso y el Conejar. En esa actividad sincrónica, el objetico es explorar el contenido fosilífero y arqueológico de estos tres lugares y en el caso de encontrar sedimentos antiguos, proponer su excavación para así conocer cómo era el poblamiento Neolítico en el entorno del Calerizo de Cáceres.


Entre los años 2000-2001 se dedican fundamentalmente a limpiar la basura acumulada, sacando del Conejar toneladas de derrubios y porquerías que se han ido acumulando. Durante la limpieza este equipo entiende por qué desde la UEX se afirmó que el yacimiento estaba removido y carecía de interés alguno. Pero la exploración no se abandona y aparecen dos importantes rincones que parecen permanecer intactos y en su ubicación original. Uno es una brecha, que no es otra cosa que una argamasa de tierra, piedra, cal y huesos cementada que se encuentra pegada a la pared en la zona izquierda de la oquedad.  Si miramos justo de frente en las imágenes, aparece otro rincón con sedimentos bien conservados. Así aparecen dos regiones donde sí se podrían hacer estudios serios, rigurosos y que arrojarán luz sobre esta interesante época y lugar de la ciudad.

Por qué la cueva aparece tan removida y nos proporciona tan poca información. Pues los estudiosos consideran que hay tres momentos cruciales que “destrozan” el yacimiento:

  • Se produce un vaciado de las arcillas de la oquedad para construir una caseta de herramientas en una finca cercana.
  • La cueva es alquilada por el dueño a unos canteros que son los que abren la entrada actual en la que aún puede verse las marcas de los barrenos. Afortunadamente esta caliza es muy dura por su alto contenido ferruginoso y la explotación como cantera se abandona al poco tiempo, ya que los costes de extracción son muy superiores al rédito producido.
  • El ayuntamiento de la ciudad, en el afán de asegurar el abastecimiento de agua de la ciudad, realiza una serie de sondeos en la zona. El descocimiento de la geología les llevó a intentarlo en el Conejar ignorando que en la capa de calizas justo en esa zona sufre una anomalía. La tectónica plegó las pizarras subyacentes de la caliza haciéndolas ascender, lo que aísla la cueva y el entorno del freático del Calerizo, lo que hace imposible el afloramiento de agua en ese lugar.

LEYENDO LOS ESTRATOS

Es en 2002 cuando se inicia la investigación de una de estas dos zonas preservadas, concretamente de la brecha, de donde se extrae un carbón que por métodos radiológicos se data con una antigüedad de 8000 años. Esto nos da idea de que el Conejar fue ocupado por esos últimos cazadores-recolectores que se conocen en Europa y que se conocen como Mesolíticos. De ellos no se sabe gran cosa porque esa brecha que nos da información no tiene más de 30cm de anchura y no aporta mucho más. Gracias a este descubrimiento, el grupo de Primero Pobladores se convencen de las posibilidades que tiene el estudio del Conejar para aprender algo más de esos pobladores de hace 8000 años del entorno del Calerizo, por lo que las investigaciones continúan. Se extraen también pólenes, los pocos objetos que se hallan y se prepara una segunda intervención que comenzará en 2010. En esos años la cueva se vuelve a llenar de basura al no quedar cerrada ni custodiada, por lo que antes de seguir estudiando, hay que volver a vaciarla de basuras. Se retoman los estudios, y en la parte inferior de la brecha aparece otro carbón que se data con una antigüedad de 15000 años, lo que conecta el yacimiento directamente con lo que se conoce de la cueva de Maltravieso y con quienes pintaron las famosas manos en negativo. En esta cueva, en la sala de las chimeneas se realizó una datación de 17.000 años, así que nos encontramos en un contexto cronológico que hace pensar que Maltravieso fuera uno de esos centros simbólicos que permitían a las comunidades humanas construir lo que se conoce como geografía emocional. Pero ¿esto qué es? Cuando viajamos y llegamos por primera vez a un pueblo, visitamos su campanario, la plaza… y este conjunto de elementos no dicen que en ese lugar viven personas que, más o menos, tienen la misma manera de entender el mundo, es decir, una comunidad con la que podemos conectar. Eso es la construcción de una geografía emocional en un territorio de gestión y control de un grupo.


Posiblemente esto ocurrió en el Calerizo hace aproximadamente 15000, algo concordante con los datos obtenidos en otros puntos de Europa que también realizaban una importante gestión emocional de territorio. Lo sí es significativo es que sea prácticamente la única muestra en el entorno del suroeste peninsular.

Otra conclusión importante, es que los estratos que presentan cerámica se aproximan mucho a la edad del yacimiento ubicado en los Barruecos, con una edad de unos 6000 años, ubicado en el Neolítico antiguo. Podemos considerar el Neolítico como la segunda gran revolución de la aparición de la agricultura, pero además en muchos otros aspectos. Veamos estos cambios Al Detalle.

Hace unos 10000 años en el próximo oriente la gente comenzó a plantearse un importante problema: las condiciones climáticas comenzaban a cambiar y esto les dificultaba el alimento a las grandes manadas y rebaños de los que se abastecían de proteína. Así estas poblaciones cazadoras empezaron a sufrir hambrunas considerables y se hacía inviable sobrevivir exclusivamente de la caza y la recolección. La solución llegó invirtiendo grandes recursos y esfuerzos en buscar una solución que pasaba por el uso de semillas que iban poco a poco seleccionando para que se desarrollasen mejor, fueran más productivas… Además del cultivo de semillas, comenzaron a domesticar ovejas y cabras que pastoreaban aprendiendo poco a poco a criarlas con mayor eficiencia. En un esfuerzo enorme de control del medio y optimización de los recursos se llegó a la agricultura y la ganadería que, como decíamos, comienza en oriente y se socializa por toda Europa en un aprendizaje del cultivo, fundamentalmente del trigo, así como la crianza de cabras y ovejas. Esto implica además una evolución enorme en la composición de la estructura social y urbana de las comunidades.


Este cambio puede observarse en el Calerizo cacereño: hace 10.000 años los cazadores-recolectores; hace 6000 los agricultores, lo que lleva asociado un proceso de sedentarismo de las poblaciones locales que deberían optar por marcharse o asumir ese proceso de cambio. Sabemos que llega a nuestro entorno el trigo hace unos 6000-7000 años junto con el ganado, lo que provoca un importante fenómeno de desforestación que aparece reflejado en los pólenes conservados en la secuencia estratigráfica del Conejar. Los bosques de la zona comienzan a disminuir alarmantemente hace unos 8000 años. Los estudiosos descartan causas naturales para explicar este fenómeno, así es que debemos buscar razones antrópicas que lo sostengan. Se considera que se arrasan masas forestales para hacer campos de cultivo de trigo y para crear zonas de pastos capaces de alimentar a los rebaños.

Junto con estos cambios nace también el germen de las ciudades, así es que podemos hablar del origen de nuestra ciudad ya hace unos 7000-8000 años. Y todo ello nos empuja a una nueva estructura social, es decir, la gestión del excedente a través de unas clases dirigentes, o políticas.

Además de la información que ofrece la brecha existe otra zona bien conservada pegada al fondo de la pared de la cavidad donde sí se documentan restos cerámicos con una antigüedad entre 3000-4000 años. Todo el material que conectaría estos distintos momentos fosilizados en la cueva fueron arrancados y destruidos en el proceso de extracción de las arcillas para hacer la caseta de herramientas, siendo imposible reconstruir por completo la serie estratigráfica y realizar lo que se conoce como CONEXIÓN ESTRATIGRÁFICA que nos aportaría muchísima más información.

Así podemos decir que este pequeño yacimiento nos ilustra sobre a vida de comunidades de Paleolítico superior características de Europa y como a consecuencia del cambio climático se van transformando en cazadores de caballos y ciervos (15000 años) a cazadores de conejos (8000 años) hasta construir unas poblaciones agrícolas y ganaderas con una estructura jerarquizada y una sociedad con una estructura social incipiente (3000-4000). Todo esto en un lugar despreciado y olvidado por una gran parte de la ciudadanía y que está siendo una importante fuente de conocimiento gracias al esfuerzo de Primeros Pobladores de Extremadura, que además trabaja eficientemente en la cueva de San Ana, aunque se les impide acceder e investigar en la joya de la corona: Maltravieso. Hoy os quería enseñar este importante episodio de la historia de nuestra ciudad, Al Detalle. 



VALDEFLORES. UNA MINA A CIELO ABIERTO O UN CLAVO ARDIENDO

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Desde hace meses se está hablando mucho de la reapertura de la mina de Valdeflores para la extracción de litio. El debate está servido entre quienes priorizan en su particular balanza de pros y contras, los puestos de trabajo y desarrollo que puede traer a la ciudad, y el impacto ambiental que supone. Recientemente se ha puesto en marcha, incluso, una plataforma que pretende luchar vigorosamente contra la actividad minera.

Tengo que aclarar desde un principio, que como bloguero que soy, y no periodista, mi posición es claramente EN CONTRA del destrozo que supone la apertura de una mina a cielo abierto en la Sierra de la Mosca. Con este post pretendo dar mi punto de vista, no sólo como biólogo y profesor de Biología y Geología (con algún conocimiento del tema), sino como ciudadano. Intentaré alejarme de la moda de apelar al sentido común, porque en realidad éste no tiene ningún valor, porque el sentido común es tan subjetivo como las opiniones, porque cada uno tiene el suyo, y por lo tanto no nos sirve de nada.

La zona del valle del arroyo Valhondo, junto con lo que conocemos como la Montaña, Portanchito, Cerro del Milano, EL Risco… forman parte de una pequeña sierra conocida como la Sierra de la Mosca, en la que conviven zonas adehesadas, olivares e incluso interesantes manchas de bosque mediterráneo, con otras más degradadas. Es cierto que aquí no viven leones, ni elefantes… pero sí es el refugio, como una isla dentro del llano, de numerosas especies de aves, anfibios, reptiles y mamíferos como los meloncillos, nutrias o jabalíes. Además, supone el único pulmón verde de la ciudad, una especie de parque periurbano a unos escasos 2 Km del centro de Cáceres.



También es destacable la importancia geológica, aquí encontramos fósiles, minerales y rocas muy interesantes que podrían servir como un gran laboratorio para la enseñanza de algunos aspectos de esta disciplina. Pero creo que hay algo que se les olvida a nuestros políticos. La Sierra de la Mosca es mucho más que un campo con plantas y bichos… existe algo que se conoce como impacto emocional que nadie tiene en cuenta. En una ciudad sin río,  junto al que articularse, nuestra única particularidad y singularidad (dejando de lado la parte antigua) es la Montaña. Con ella todos tenemos una relación que puede ir desde lo meramente contemplativo, deportivo a lo emocional. Es el único recurso natural que nos da una seña identitaria, que nos hace seguir siendo quienes somos.

Una mina a cielo abierto supone destrozar, no sólo la cubierta vegetal, sino arrancar el pobre suelo de nuestro entorno atacando directamente la roca madre. Esto se hace sin galerías, extrayendo toneladas de tierra hasta llegar a los filones más rentables. Además de destrozar toda la vida en la zona, se produce mucho polvo en suspensión que puede ser peligroso para la ciudadanía, aún más en un lugar con poca lluvia, por mucho que tengan camiones que riegan, que sirven únicamente para cumplir la normativa, no para paliar los efectos del polvo, que claro está, tendría altos niveles de litio. Es decir, eliminamos las plantas que nos dan el oxígeno a la ciudad y llenamos el aire de polvo y litio en suspensión. Algo que, además se ve agravado por el ir y venir incesante de camiones.



Como es habitual, cuando llegan las vacas gordas, todo el mundo se vuelve loco, hay dinero que parece eterno y que el ayuntamiento usaría para sacar percho… pero pasados unos años todo acaba, y como ha ocurrido centenares de veces, la zona queda totalmente deprimida. Además, actualmente la legislación obliga a las empresas mineras a restaurar la zona una vez se termine la explotación del recurso geológico… pero no seamos ingenuos, sería casi la primera vez que ocurriera. Estas empresas extranjeras se apantallan con otras nacionales que subcontratan a otras que se asocian a otras pequeñas empresas. Al final del aprovechamiento del recurso, estas se declaran en quiebra y suspensión de pago y la restauración del entorno NUNCA se lleva a cabo. Nos quedaremos con un gran agujero donde antes temíamos una preciosa sierra verde llena de vida. Como mucho nos dejarán las balsas de agua contaminada que crearán para el lavado del mineral y que pueden provocar contaminación de acuíferos y grandes desastres si llegan a romperse, pero claro, el charco nos lo dejarán ahí.

Los que están a favor de la mina abogan por el desarrollo de la ciudad como la forma de justificar su postura. Aquí hay que ser claros… puestos de trabajo traerá pocos, muchos menos de los que algunos se creen… este tipo de explotación requiere mano de obra cualificada y no supondrá cientos de empleados, como mucho algunas decenas. Es ahora cuando nuestras autoridades deben plantearse si este es el tipo de desarrollo que quieren para la ciudad… o si simplemente se están agarrando a un clavo ardiendo por su incapacidad de gestionar esta pequeña capital de provincia, a la que los estudiantes ya no vienen, que no crece en ningún aspecto y que se está llenando de una población cada vez más desilusionada y envejecida. Como no son capaces de traer industria, son inútiles gestionando el turismo y el ocio, y los rodajes se han terminado, necesitan algo que decirles a sus votantes, y lo único que tienen es prometer puestos de trabajo a costa de arrasar esta parte de la Montaña, pero bueno, eso ya será cuestión de otra legislatura y ya no les preocupa tanto.



Así es que la mina es algo más que una mina, es un clavo ardiendo al que los políticos se quieren agarrar para prometernos el “pan para hoy” pero que seguramente termine por hacernos una quemadura irreversible. Para iluminar la vida de esta ciudad, cada día más apagada, no hace falta que lo hagan enciendo una mecha que terminará por explotarnos en las manos. 



MILIARIO ¿ROMANO? MUTILADO EN LA RIBERA DEL MARCO

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Los restos de lo que parece un miliario, aparecen mutilados junto a la Charca de Marco. Hoy os voy a contar, Al Detalle, la vinculación de esta zona con la Vía de la Plata y si este miliario es, o no, uno que apareció en la Ribera en las traseras del San Francisco.

Casi nadie tiene dudas actualmente de que la calzada romana, a su paso por Cáceres, discurría paralela a la Ribera del Marco, por lo que ahora es la Ronda de San Francisco. Unas obras en esta calle, hace ya diez años, dejaron al descubierto parte de lo que parecía una calzada. Se pretendía unir el saneamiento de la Urbanización Vistahermosa con el colector general en la calle Almonte. El descubrimiento de estos restos arqueológicos paralizó las obras hasta que no se pronunciaran los técnicos. Pocos días después, el jefe de sección de Arqueología de la Junta indicó que sí se trataba de un camino histórico, pero lo fechó en el siglo XVI, y por su antigüedad y estado de conservación, permitió que las obras continuaras destrozando y ocultando el hallazgo.

Unos días más tarde, la Asociación Amigos de la Vía de la Plata de Extremadura, invitó a nuestra ciudad a uno de los mayores expertos europeos sobre calzadas romanas, Isaac Moreno, Ingeniero Técnico en obras públicas que ha estudiado vías romanas en Italia, Francia, Suiza y España. Para él no había dudas, lo que se había encontrado formaba parte de la Vía de la Plata. En declaraciones a los medios criticó el poco conocimiento que tienen muchos arqueólogos sobre el tema, que consideran que estas vías de comunicación siempre estaban recubiertas por grandes losas de piedra sin excepción. Esto es del todo falso, este tipo de calzada sólo se usaba en las ciudades, mientras que en el resto de los tramos se cubría con zahorra natural de cantos muy finos, algo que favorecía el paso de los caballos, porque no debemos olvidar que los romanos no conocían la herradura.


Pero hay muchas más pruebas que apuntan claramente a que por aquí transcurría esta importante vía. En la zona de la Charca Musia hay restos considerados romanos que conectarían de forma recta y directa con lo encontrado en la Ronda de San Francisco. Además, el topónimo del Arroyo de la Plata, que desemboca en la charca del Marco, apunta en la misma dirección. También sabemos que los romanos enterraban a sus difuntos junto a las calzadas, algo que podría corresponder con la cantidad de inscripciones funerarias halladas en la zona del Espíritu Santo o el cementerio desenterrado al hacer las obras del Donoso Cortés y que también fue destruido.

Pero existía, y digo bien, existía, una prueba más: un miliario que apareció en la propia Ribera en las traseras del convento de San Francisco, como se observa en las fotografías tomadas del blog Estudios de Geoarqueología en Extremadura de Juan Gil Montes.

 IMÁGENES DE JUAN GIL MONTES

No os muestro fotografías propias, no porque me guste copiar de otros compañeros blogueros, sino porque son las únicas dos que existen, porque al poco tiempo de su descubrimiento el miliario desapareció. Pero mi duda surge al ver los restos de los que parece algo parecido, junto a la charca y dentro de la charca, como se aprecia en las fotos. Podríamos pensar que las autoridades lo recogieron, arreglaron, recompusieron y lo colocaron en un lugar visible y más digno, aunque ahora esté destrozado.


Si miramos en catálogo sobre el patrimonio de la Ribera que se hizo desde el Ayuntamiento, éste no aparece, pero es que se realizó en 2011, y en un artículo del Diario Hoy de marzo de 2015, se relata cómo la charca ha sido vaciada para ser limpiada, en el conjunto de unas medidas para mejorar el entorno, y que además “se instalará un miliario conmemorativo con material divulgativo”, pero que no se llevó a colocar nunca. Lo que queda de éste formó parte de Proyecto de Recuperación del Corredor Urbano de la Ribera del Marco que se realizó en 2011. Al poco tiempo fue destrozado por unos vándalos y quedó en la forma en que está ahora. Así es que el único "miliario" que tenemos en la Ribera son los restos de una columna de granito destrozada que no tiene ni diez años, y el paradero del miliario original sigue siendo una incógnita. Hoy solo quería contaros este Detalle de uno de los parajes con más historia, y más degradada de nuestra ciudad. 





BIBLIOGRAFÍA Y WEBS CONSULTADAS
ARTÍCULOS DEL DIARIO HOY:
http://www.hoy.es/prensa/20070324/caceres/camino-descubierto-caceres-esta_20070324.html
http://www.hoy.es/v/20120309/caceres/vacian-peces-charca-marco-20120309.html
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