Habrá quien considere que no es un lugar importante, incluso alguno no entenderá que use estas líneas para enseñároslo, pero para mí tiene la fuerza que le concede el tiempo y las miles de veces que calmó la sed del caminante, del arriero, del ganado o del pastor.
En el camino que une mi querida Aldea del Cano y Torreorgaz, escondida en un pequeño rincón y asomándose tras un palé, descansa esta vieja fuente junto la finca de El Escallón, conocida como la Fuente de Marijuan. Delata su existencia el sorpresivo verde que la rodea en todas las épocas del año y que la convierte en un pequeño oasis entre dehesas amarillentas y cauces de ríos sedientos en los meses de déficit hídrico.
Hago con la bici esta ruta con frecuencia y siempre reparo en ella, me asalta en cada paseo, como queriendo cumplir la función que durante décadas hizo. En estos días decidí atender a su llamada, aunque no bebí de sus aguas, para sentarme unos minutos entre esas lanchas irregulares de granito muy mal cortado que dibujan una base sobre la que acercarse a beber el agua que, incluso en estos tiempos, prácticamente rebosa y espera escondida en una pequeña estructura que la rodea. Junto a ella, supongo que la Diputación, han construido una pequeña mesa de obra y unos bancos que incrementan las ganas de pararse en este curioso lugar.
Mientras descansaba y la contemplaba, pensaba en el cambio de los tiempos, y cómo lo que ahora es un lugar de descanso para ciclistas fundamentalmente, fue durante décadas, la ansiada etapa en la que había agua de calidad para beber o refrescarse en prácticamente todo el camino. Imaginaba los arrieros parados sobre las mismas losas que yo pisaba con mis zapatos de ciclista. Imaginaba a los vendedores y feriantes camino a distintos pueblos para ganarse la vida y que, desde la Lancha de la Feria de Aldea del Cano, ansiaban llegar a este lugar para rellenar de agua sus botijos de barro, que la sed provocada por el incesante sol, iban mermando a un ritmo más que acelerado.
Y tras parar junto a esta humilde fuente unos minutos, y presentarle mis respetos, continúo con la ruta pensando en la importancia que tenían, y tienen, los caminos, pero que igual de importante son los lugares de descanso que se reparten a lo largo de su discurrir. Hoy simplemente os he querido enseñar esta humildísima fuente como homenaje a estos elementos de nuestro paisaje cultural que se merecen un rinconcito en la historia de nuestros pueblos.