Recientemente, y gracias a motivos lúdico/laborales, hemos estado visitando la localidad cacereña de Villa del Rey (no confundir con la pacense Villar del Rey). Ya hace años habíamos leído un estudio de Ramos Rubio sobre las pinturas de Juan de Ribera, el famoso autor de los frescos de la supuesta ermita de San Jorge, a lo largo de la provincia de Cáceres, siendo uno de esos lugares en los que pintó, Villa del Rey. Inmediatamente hablé con el concejal con el que estaba tratando la razón verdadera de mi visita, para saber si podría entrar y conocer las pinturas de la Iglesia de Santiago. Y afortunadamente, la disposición fue inmejorable y así pude acercarme a las pinturas de su iglesia de una manera casi privada y sin prisas.
La Iglesia de Santiago el Mayor de Villa del Rey tiene esa sobria belleza de la sencillez en las formas y ejecución. Se levantó posiblemente sobre una construcción anterior, como atestiguan restos góticos conservados, en el comienzo del siglo XVI y se le fueron añadiendo algunos elementos en siglos posteriores. Es de una esbelta única nave que conecta con el ábside con sencilla bóveda de crucería, por un arco ligeramente apuntado. El resto de la nave se divide en tres tramos y se resuelve con una bóveda de cañón, apareciendo a los pies un sencillo, pero interesante coro.
Al entrar llama la atención el precioso retablo construido por el escultor alcantarino Pedro de Paz en la década de 1580 y completado con unas interesantísimas pinturas del artista Gaspar Gallego en 1617. Pero mi ojo acostumbrado a mirar durante horas las maltrechas pinturas de Juan de Ribera en la “ermita de San Jorge”, fijó su atención en la zona del sagrario en la imagen (con un tamaño desproporcionado respecto al resto del conjunto) de un Santiago Matamoros a lomos de su caballo blanco y que se presenta por detrás del retablo, en el muro posterior, gracias a un hueco que hay en éste. A poco que uno haya reparado en las características pictóricas de Ribera, reconoce su autoría de inmediato. Su capacidad artística resuelta, pero carente de técnica, con buen desempeño, pero con grandes problemas a la hora de plantear las perspectivas y las composiciones, delatan la autoría de estos frescos, aunque no existan evidencias documentales que lo avalen.
Desde hace años se conocía la imagen de Santiago a caballo, pero fue al desmontar el retablo para una restauración, cuando se comprobó que la mayor parte del muro estaba decorado con más frescos que se conservaban en un relativo buen estado. Al colocar el retablo de nuevo, se optó por hacerlo de manera ligeramente adelantada, lo que nos permite ahora, con tan solo asomarnos, ver algunas de esas pinturas sin mayor dificultad.
Vamos a recorrer lo que actualmente podemos contemplar, comenzando por ese Santiago sobre su caballo blando en la batalla de Clavijo “matando moros”, cuyas cabezas decapitadas están esparcidas bajo los pies del “santo asesino”. A la izquierda se distingue un pájaro de los cuatro que presenta la escena y que no podemos ver por estar parcialmente tapados. Posiblemente representen de una manera un poco torpe, la figura de los buitres que vienen a alimentarse de los restos de la batalla.
Si nos asomamos por la zona del evangelio, un Santiago Peregrino y sobre él una colorida y preciosa escena de la Adoración de los Reyes Magos. Un poco más arriba, y con mucha dificultad parece distinguirse el madero de una cruz.
En la zona de la epístola la cosa se complica porque solo distinguiremos los restos de una cabeza de un personaje con una gran tonsura.
Y una buena parte de los elementos más curiosos quedan ocultos por el retablo y los podéis ver y conocer en el articulo que detallo en la bibliografía de Florencio Javier García Mogollón, de donde salen la mayoría de los datos de este post. Solo destacar que en esa zona aparece la fecha de ejecución de las pinturas: marzo de 1566, es decir, justo el año siguiente de la fecha que aparece en la supuesta ermita de San Jorge. Como decía, no hay evidencia documental que sostenga que estas pinturas las realizara Juan de Ribera, aunque el análisis de la “técnica” y el estilo dejan bastante pocas dudas. De Juan de Ribera está documentada su actividad pictórica desde 1565 a 1585 en la Diócesis de Coria Cáceres. Una de sus primeras obras de juventud sería la famosa ermita de San Jorge en 1565, en 1574 interviene en la iglesia de Portezuelo, en la de Torrejoncillo en 1579 y 1585 y en la de Mata de Alcántara también en ese 1585. Por lo tanto si aceptamos la autoría de los frescos de Villa del Rey, se realizaría en su juventud y después de haber terminado la “ermita de San Jorge”.
Pero su obra en Villa del Rey no se ciñe únicamente al retablo, en una capilla del lado de la Epístola encontramos una impresionante Asunción de la Virgen sostenida por ángeles. En la parte baja de esta escena vemos también un personaje barbado, el martirio de San Sebastián y dos santos obispos, que bien uno de ellos podría ser San Blas que es el patrón de la localidad.
Hoy solo os quería invitar a conocer el precioso pueblo de Villa del Rey, que merece una visita, y así descubrir este precioso retablo y las pinturas atribuidas a Juan de Ribera.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
El retablo mayor de Villa del Rey (Cáceres), sus autores (el escultor Pedro de Paz y el pintor Gaspar Gallego) y unas inéditas pinturas murales. Florencio-Javier García Mogollón.
El panorama artístico del pintor Juan de Ribera en la provincia de Cáceres. José A. Ramos Rubio